“En las bases constitutivas del Estado de Israel está la expulsión de 700 mil palestinos”

Facebook Live sobre la situación en la región, con Pablo Heller.

El viernes 21 se desarrolló la charla-debate “¿Qué pasa en Palestina?. Las causas inmediatas e históricas de la agresión sionista”, con Pablo Heller. Se pudo seguir a través de Facebook Live, Zoom y Youtube.

En su intervención, Heller caracterizó el alto al fuego bilateral firmado entre Israel y Hamas como un revés para el gobierno de Benjamin Netanyahu. Subrayó el clima de algarabía en el pueblo palestino ante el cese de hostilidades, con manifestaciones de júbilo en las calles, dado que un ejército “armado hasta los dientes” no pudo doblegar al pueblo palestino. Esta vez, además, dijo, no se produjo una invasión terrestre (a diferencia, por ejemplo, de la operación “Margen protector”, de 2014).

Con la resistencia a los bombardeos sionistas y las grandes movilizaciones de estas semanas, observó Heller, Palestina entra “en la misma longitud de onda” que otros países árabes que han vivido recientemente levantamientos populares (por ejemplo, el Líbano). Destacó también las movilizaciones internacionales (muy masivas en Estados Unidos, Europa y Medio Oriente), incluyendo la acción de sectores de la clase obrera, como los portuarios de Italia, que bloquearon arsenal de guerra que iba dirigido a Israel.

Un punto especial fue el análisis de la huelga general del 18 de mayo, que unió a árabes-israelíes con los cisjordanos, en un hecho sin precedentes de 1976.

Al mismo tiempo, criticó la postura del gobierno argentino, que emitió un comunicado en que rechazaba el “uso desproporcionado de la fuerza” de Israel, con lo cual solo critica los “excesos”, pero no las agresiones mismas. Alberto Fernández no quiere romper vínculos con el Estado sionista, que fue el primer país que visitó como jefe de Estado.

Raíces históricas

Heller hizo también un abordaje histórico de la cuestión palestina, desde los tiempos del mandato británico. Señaló que “en las bases constitutivas del Estado de Israel está la expulsión de 700 mil palestinos” de sus tierras, en referencia a la “nakba” (catástrofe) que se produce en 1948, tras la partición de Palestina dictaminada por Naciones Unidas, poco antes del fin del mandato británico. David Ben-Gurion, el primer jefe de Estado israelí, dirigía las fuerzas de choque sionistas que amedrentaban a la población palestina para que dejara sus hogares, denunció. Y lo definió, en línea con el historiador Ilan Pappé, como un “proceso de colonización tardío” e inviable.

Señaló la dinámica expansionista del sionismo, que lo ha llevado a ampliar crecientemente la colonización, al punto de reducir al pueblo palestino a una serie de cantones entrecortados por la vigilancia militar sionista. Cuestionó los intentos de proclamar al Estado de Israel como un “Estado judío”, haciendo caso omiso de la población árabe-israelí (un quinto de su población), lo que es una institucionalización del apartheid contra ellos. Citó, además, el antecedente de los “bantustanes”, los ghettos en que se quería confinar a la población negra en Sudáfrica.

En esta línea, Heller fue crítico de los intentos de establecer un seudoestado palestino, sobre la base de las migajas dejadas por el Estado de Israel. Puntualmente, se refirió a la “solución de dos estados”, pactada por la Autoridad Palestina e Israel en Oslo, en 1993, con el apoyo del imperialismo, que igualmente terminó naufragando debido al apetito insaciable de colonización sionista.

Heller desenmascaró los planteos que buscan equiparar judaísmo y sionismo, señalando que éste, con su postulado de un “hogar nacional judío” en la Palestina histórica, fue una corriente minoritaría durante mucho tiempo, hasta que terminó empalmando con las necesidades del imperialismo europeo y norteamericano de controlar la región. Con respecto a la situación actual, destacó que sectores de la comunidad judía, aunque todavía minoritarios, hayan rechazado las agresiones del Estado de Israel y hayan participado de las movilizaciones internacionales de repudio (en nuestro país, por ejemplo, se ha formado el agrupamiento Judíes por Palestina).

En el mismo sentido, rechazó los intentos de poner un signo igual entre antisemitismo y antisionismo, con la cual el sionismo pretende silenciar toda crítica al Estado de Israel. Y analizó la parábola histórica de cómo hoy, tras la atroz persecución y holocausto sufrido por el pueblo judío, es el sionismo el que erige campos de concentración en que vive la población palestina.

Planteó la “solidaridad incondicional” con Hamas y el pueblo palestino frente a los ataques del Estado de Israel. No obstante, aclaró que la causa palestina debe superar los límites de Hamas, un movimiento de carácter religioso y pequeñoburgués, con vínculos con Qatar y Turquía, es decir, sectores de las burguesía árabes.

Y desenvolvió el planteo de terminar con el Estado sionista y por una Palestina única, laica y socialista, en el marco de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente, como única salida frente a la barbarie y la masacre que ofrecen el imperialismo y el Estado de Israel.