Enorme rebelión obrera en Kazakhstan

Más de 15 mil obreros petroleros sacudieron, a comienzos de mayo, a la ex república soviética al paralizar la producción durante un mes y medio en reclamo de aumento salarial, mejores condiciones de trabajo y el reconocimiento a las organizaciones sindicales independientes del régimen.

La huelga se inició en la empresa Karajanbasmounai y, a pesar de que la Federación de Sindicatos de Comercio declaró “ilegal” el paro, a las dos semanas se había extendido en masa a las otras grandes empresas mineras y de procesamiento de oro. Los obreros también reclaman la renacionalización de las empresas petroleras y mineras que, luego del derrumbe de la URSS, fueron repartidas entre los pulpos extranjeros y la camarilla de burócratas que gobierna el país desde antes de la caída del Muro.

El dictador Nursultan Nazarbayev es un clásico ejemplo de los burócratas que se “reciclaron” a la “democracia”: aunque gobierna desde la era de la Unión Soviética (desde 1991), lo hace en calidad de “presidente”. El gobierno mantiene una política brutal de regimentación del movimiento obrero, con un régimen de sindicato único. Kazakhstan es un vasto país que, sin embargo, tiene una densidad poblacional muy baja. Durante la época de la Unión Soviética fue el epicentro de una serie de proyectos de la burocracia por su extensión de tierras. Sin embargo, desde la restauración capitalista fue la extracción de hidrocarburos y de recursos minerales el rubro que se destacó por sobre el resto, con el impresionante ingreso del capital financiero extranjero. Las condiciones de explotación que esta situación creó entre los trabajadores -y que se destapó con esta enorme huelga- había tenido un antecedente con la importante huelga de más de 8 mil mineros durante 2006. La represión contra la lucha de los petroleros y mineros produjo la muerte de un manifestante, la detención de una gran cantidad de activistas, mientras que cientos de trabajadores fueron despedidos. Las manifestaciones en solidaridad con los obreros en lucha también fueron rápidamente dispersadas. Sin embargo, el conflicto sigue abierto.

La rebelión obrera de Kazahstan no escapa, por otro lado, a una tendencia de conjunto que recorre a los países de la región -China, India, Nepal, Bangladesh, Vietnam- frente a la agudización de la crisis capitalista que refuerza las condiciones de explotación sobre las masas, lo que las empuja a levantarse contra el régimen social.