Está en debate la huelga y la caída del gobierno

En el PIT-CNT se ha instalado la discusión sobre la huelga general, a propuesta de dos sindicatos (Sutel y SAG). Por otra parte, se ha iniciado el debate en torno a la caída del gobierno de Batlle y la coalición. Desde estas páginas naturalmente saludamos esta discusión, aunque debemos señalar que hasta ahora las posiciones mayoritarias tienden a diluir y desnaturalizar estas propuestas.


Cayó Bensión. ¿Y Batlle?


La caída de Bensión y el equipo económico fue defendida como consigna por diversos sindicatos, y en determinado momento por el propio PIT-CNT. La sustitución de Bensión por Atchugarry, pese a las “cártas de crédito” del vazquismo, sin dudas ha sido una demanda del FMI, el que terminó de arrodillar al gobierno ante sus mandatos.


El dirigente de la Federación Ancap y el PIT-CNT, Hugo De Mello, afirmó que “este gobierno debe caer. Es hora de que diferentes sectores se pongan de acuerdo en si se puede seguir soportando a Jorge Batlle” (La República, 7/8). “El movimiento popular debe tener como centro de discusión este tema, más allá de lo jurídico, para llegar a que el gobierno cambie. Porque el movimiento popular debe definir si existen posibilidades de modificar el rumbo de las políticas generales si sigue este gobierno. Creo que no (…)”. Ante los planteos de un “gobierno patriótico” de unidad nacional, el sindicalista afirmó: “De qué gobierno patriótico se puede hablar con gente que ha unido sus intereses y política a los intereses de la potencia Estados Unidos y del FMI. Incluso, resultó insólito el hecho de que el primero que anunció públicamente que venía el dinero y que se había llegado a un acuerdo en el Parlamento fue el embajador de EE.UU. Ya ni las formas se guardan. Por ello considero que con este gobierno ya no existe ninguna posibilidad de diálogo para cambiar algo en un sentido diferente (…) considero que llegó la hora de sustituir al gobierno de coalición. Incluso, porque Batlle ha perdido toda legitimidad política y debe irse” (ídem).


Con mayor decisión aún, la Dirección Nacional de Fucvam ha lanzado una campaña contra la rendición de cuentas, bajo el eslogan “Fuera el gobierno del FMI” (ver volante adjunto).


En marzo, el VIII Congreso del PT había lanzado la consigna “Fuera Batlle-Bensión y toda la coalición”. Ahora no es sólo el PT, sino también sectores del PIT-CNT, Fucvam, sectores de izquierda, los que han tomado esta consigna.


Sin embargo, desde la cúpula del PIT-CNT se tiende a desviar el planteo hacia una encerrona constitucional y parlamentaria. Por ejemplo, el sindicalista Luis Puig afirmó que “lo primero que hay que definir es si el conjunto de los uruguayos está dispuesto a seguir con este gobierno” o si se aplican “los mecanismos constitucionales para empezar a cambiarlo” ( Observador, 8/8). Pero la salida “constitucional” que puede abrir en todo caso una elección parlamentaria anticipada (dejando a Batlle) o un juicio político al presidente (dejando a Hierro López), requieren de mayorías parlamentarias, es decir, se deja la definición en manos de la coalición blanqui-colorada… la misma que vota la rendición de cuentas, la ley “corralito” y la no realización del plebiscito por Antel. En la proclama leída por Castillo, se afirma que tras la crisis productiva, fiscal, financiera, ahora se procesa “una crisis de Estado y de la democracia uruguaya”. Esto sería un enorme acierto si no se cayera en la frase: “(…) la democracia representativa y formal quedará vacía de contenido, no podrá ser defendida si no es con mecanismos de democracia participativa” (ídem).


La democracia “representativa” ha quedado desenmascarada al votar el parlamento a tapas cerradas los fiscalazos, la ley corralito, la rendición de cuentas, todas las exigencias del FMI. Como muy bien dice De Mello, ni siquiera las formas se cuidan: es el embajador yanqui el que aparece “gobernando”, no el parlamento. Por lo tanto, es un sinsentido plantear una salida a través del parlamento. La salida está en la calle, en los piquetes, en las ocupaciones, en la huelga general.


 La huelga general


Tras la propuesta del SAG y Sutel, la Mesa representativa del PIT-CNT también tomó una posición que desnaturaliza el planteo de la huelga general: la coloca como mecanismo de defensa de la “democracia”, en caso de ataques a las libertades democráticas (medidas prontas de seguridad, golpe de Estado). Pero hoy lo que está planteado es precisamente que es a través de esta “democracia” y en particular por intermedio del gobierno de coalición, que el FMI descarga sus ataques contra el pueblo, liquidando toda apariencia de independencia nacional y soberanía popular.


Limitar la huelga general a apéndice de defensa de la “democracia” es lo mismo que renunciar a la huelga general, y esto en medio de una tendencia a la huelga que recorre a todo el pueblo. ¿O acaso la huelga estudiantil no es una expresión acabada de esta tendencia? Los estudiantes están votando la huelga y la ocupación, no por temas puramente reivindicativos, sino para terminar con este gobierno sometido al FMI.


El debate que recorre a la burocracia sindical es una expresión –deformada, muy deformada– de la tendencia a la huelga general contra el gobierno, que recorre a las masas explotadas. El que una dirección que hasta el día de hoy no ha abandonado la política de “concertación” con los grandes capitalistas y latifundistas, tenga en debate la necesidad de la huelga general, es todo un indicador de la tendencia a la rebelión popular… y de la imparable crisis que vive la burocracia sindical del FA.


Asamblea Constituyente


El PT plantea que hay que echar a Batlle y la coalición, con los métodos de la pueblada y el piquetazo, siguiendo el ejemplo del pueblo argentino y su “Argentinazo”.


El PT levanta la huelga general de todo el pueblo por el retiro de la Rendición de Cuentas, sin dejar de señalar que obviamente una victoria en esta lucha significará el fin del gobierno de Batlle.


Frente a esta perspectiva, el PT plantea: “Fuera Batlle y la coalición. Asamblea Constituyente libre y soberana”. A todos los que plantean la “profundización de la democracia”, esta es la única consigna verdaderamente democrática, que se vaya Batlle y el poder pase a una Asamblea Constituyente. ¿O acaso la “soberanía popular” es compatible con que el pueblo deba aguantar dos años y medio más de Batlle, pese a que sólo el 16% apoya al gobierno?


El planteo de Asamblea Constituyente para romper con el FMI, para no pagar la deuda externa y nacionalizar sin pago la banca, para imponer un salario mínimo de 9.000 pesos y un subsidio a los desempleados de 5.000 pesos, y por todas las reivindicaciones populares, es el único consecuentemente “democrático”, y sirve para preparar a la clase obrera para la lucha por su propio poder.