Estados Unidos: 2,4 millones de desalojos

Amplios sectores de la clase media y de la clase obrera de los Estados Unidos están sufriendo un golpe demoledor. Como consecuencia de las crecientes dificultades que enfrentan para pagar sus créditos hipotecarios, están siendo expulsados de sus viviendas. El desalojo se ha convertido en una pesadilla cotidiana para millones de norteamericanos.


Según el pronóstico de una entidad que protege a los deudores hipotecarios, más de 2,4 millones de familias perderán sus viviendas en los próximos años (The Wall Street Journal, 30/5). Una verdadera masacre social.


En los últimos años, la abundancia de crédito llevó a las instituciones financieras a crear una rama particular de créditos hipotecarios destinados a los trabajadores que habitualmente no reunían las condiciones para obtener un crédito “normal”. Esta rama, llamada “subprime”, permitió una expansión colosal del crédito hipotecario: casi dos millones de personas lograron acceder a la compra de su vivienda. Con la extensión del negocio, su carácter financiero cobró proporciones enormes: los prestamistas iniciales vendieron sus créditos en Wall Street. Todo tipo de fondos de inversiones compraron esos títulos que prometían un alto rendimiento.


Como se trataba de clientes “riesgosos”, las condiciones en que se otorgaron los créditos fueron leoninas. Luego de un período inicial favorable, las cuotas subían brutalmente, en un 50% o más. Los créditos se hicieron impagables. Los que quieren vender sus viviendas para cancelar los créditos, se encuentran con que el precio que obtienen es inferior a la deuda que tienen.


La catástrofe de los “subprime” liquidará más propietarios que los que creó, lo que incluso plantea una amenaza para los acreedores, que en la década del ’70, en un proceso similar pero de menor escala, fueron rescatados por el Estado.