Estados Unidos ‘califica´ la lucha contra la droga

A fin de febrero, Estados Unidos dio a conocer el informe anual que da cuenta del grado de cumplimiento de las estrategias regionales para erradicar el narcotráfico. El informe, que se emite anualmente desde 1986 a partir de una ley’ del Congreso norteamericano, es usado por el gobierno no sólo para “informar” acerca de los supuestos avances en la lucha contra la droga, sino como un ‘boletín de calificaciones’ de premios y castigos para todos los países del mundo. Aquellos países que reciben una ‘mala nota’, pueden no recibir o bien perder determinados beneficios comerciales o políticos. 

O sea que los mayores narcotraficantes del mundo se han puesto a dar cátedra de honestidad y ascetismo, escondiendo en realidad el único objetivo de poder tener una política económica discrecional hacia sus ‘súbditos’. 

Este informe tiene la paradoja de que casi nadie está de acuerdo con su implementación. The New York Times lo calificó como un ejercicio anual de hipocresía y solicitó al Congreso la revocación de la ley. The Washington Post criticó en un editorial el informe, afirmando que se ignora la propia demanda estadounidense de drogas. Hablando en criollo, reconocen que si hubiera que calificar a los Estados Unidos, se podría ver con claridad que es el mayor procesador y consumidor de drogas del mundo. El Senado norteamericano ya votó en contra de la medida (69 a 38) hace dos años. Los países productores de narcóticos, como Colombia y México, rechazan rutinariamente el informe. Pero todos los años, poco antes de que sea emitido, gastan fortunas en lobbys en Estados Unidos, tratando de convencer a la Casa Blanca de sus esfuerzos tendientes a combatir el narcotráfico. 

Ahora bien, si tanta inteligencia critica el informe, ¿por qué el gobierno de Estados Unidos lo sigue sacando? 

El imperialismo yanqui utiliza el informe con fines desembozadamente políticos. Por ejemplo, venía negando el certificado a Paraguay no porque hubiera más narcotráfico que antes (aunque sea verdad) sino porque desconfiaba del liderazgo del derechista Lino Oviedo. Las amenazas de negar el certificado a México, Irán, Birmania, Afganistán, Nigeria, inician un período de negociaciones donde los países afectados se ven obligados a realizar concesiones económicas y políticas. 

Tanto este informe despreciable, que perdona a narcotraficantes confesos si pagan su “retomo” al amo yanqui, como la misma existencia de la DEA (agencia antinarcóticos norteamericana que abre “oficinas” en cualquier país del mundo) son una afrenta para cualquier país, conforman una vía de penetración para el capital financiero y son la denuncia más flagrante de la cobardía y sometimiento de todas las burguesías del Tercie Mundo, que los aceptan y los estimulan.