Estados Unidos: dos meses de Occupy Wall Street

El movimiento de los indignados norteamericanos cumplió dos meses con un “día de acción” caracterizado por protestas en una gran cantidad de ciudades y Estados, donde lo más sobresaliente fue la fuerte represión contra manifestantes que intentaron impedir la apertura de operaciones en Wall Street. Cuarenta y ocho horas antes, la policía de Nueva York había desalojado violentamente el emblemático campamento -apostado a 300 metros de la bolsa neoyorquina- con un saldo de más de doscientos detenidos, incluyendo numerosos periodistas que cubrían el desalojo.

En los últimos días, además de la represión en Nueva York, hubo violentos desalojos en Oakland y Portland, además de detenciones durante protestas desarrolladas en Dallas y Los Angeles. No obstante, los manifestantes tienden a regresar a los campamentos y movilizaciones. El despliegue del Estado policial norteamericano contra los movilizados se aprecia tanto en la represión como en el espionaje sobre los activistas: “Un memorando enviado por un grupo de presión republicano del Congreso a la Asociación Americana de Banqueros propone utilizar 860 mil dólares para construir una imagen negativa de las protestas y los políticos que las apoyen”, informa Prensa Latina (20/11). “El documento describe un plan de 60 días para estudiar e investigar al grupo y sus partidarios, a fin de que poderosas compañías efectúen una campaña de desprestigio en los medios de comunicación” (ídem).

El campamento de casi sesenta días sobre Wall Street, finalmente desalojado, marcó el inicio de un movimiento que ha catalizado la bronca popular ante el impacto de la crisis capitalista, y que en las últimas semanas registró un progreso en la calidad de sus acciones. El ejemplo es California, donde decenas de miles de personas paralizaron el 1° de noviembre el puerto de Oakland (el quinto más activo del país, y que mueve más de 8 millones de dólares diarios entre importaciones y exportaciones) durante varías horas, para converger al día siguiente en una huelga general en la ciudad junto a sindicatos y agrupaciones que rechazaron la represión policial del día anterior. La irrupción de la clase obrera organizada en las protestas es un dato muy auspicioso.