Berlusconi se anota con su ajustazo

-Exclusivo de internet

Argumentando que se trata de un “sacrificio” necesario para “no terminar como en Grecia”, el gobierno de Berlusconi se sumó al elenco cada vez más amplio de los gobiernos europeos que lanzan un ajustazo: las medidas implican el congelamiento por tres años de los sueldos de tres millones y medio de trabajadores del Estado, el retraso por seis meses de los trámites de jubilación y el aumento en la edad jubilatoria para las mujeres, entre otras. Con el ajuste -exigido por la Unión Europea, Alemania y el FMI-, el gobierno pretende recortar 24 mil millones de euros y reducir en un punto y medio el déficit fiscal del país.

Al igual que el español y el griego, el ajuste es como una gota de agua en el desierto y no logrará aplacar la “volatilidad de los mercados”. Lo que sí ha logrado, y en pocas horas, es agudizar la crisis política. Ocurre que los ayuntamientos, las provincias y las regiones los tendrán que cargar con el peso del ajustazo: el plan prevé incluso la eliminación de nueve provincias, con el objetivo de economizar recursos. La Liga, del Norte ha amenazado con “desatar una guerra civil” si pretenden eliminar la provincia de Bérgamo, su región de influencia. El ajustazo puso de manifiesto las contradicciones explosivas que se abrirían con el intento de implementar el tan mentado “federalismo fiscal” que le reclaman a Berlusconi sus xenófobos aliados del norte -además del golpe mortal que asestaría al empobrecido sur.

La frutilla del postre, de todas maneras, llegó dos días después de anunciado el ajuste, cuando en una reunión con toda la gran patronal italiana, la presidenta de la Confindustria le contó las costillas en público a Berlusconi y cuestionó el plan, por considerarlo insuficiente. La burguesía reclama, en primer lugar, las “reformas estructurales”, o sea liquidar derechos obreros. Para el Financial Times (26/5) “Italia ha perdido otra oportunidad” de avanzar con la flexibilidad del mercado laboral. “La capacidad de Italia de enfrentar una eventual crisis de deuda, agrega, es crucial para lo que queda de confianza en la zona euro”. Es que lo que pesa, por sobre todo, es que, al igual que el conjunto del sistema bancario de Europa, los libros de los bancos no contabilizan las pérdidas potenciales de sus créditos incobrables y de sus ‘activos tóxicos’; solamente los municipios prevén pérdidas de miles de millones de euros como consecuencia de los ‘contratos derivados’ que firmaron con los bancos en la etapa precedente a la crisis. Milán ha declarado que las autoridades municipales han sido engañadas por los bancos en la suscripción de esos contratos. Italia se encuentra en el mismo plano de España en cuanto a los bancos regionales que están controlados por las Fundaciones (que responden a intereses públicos regionales) y que los grandes bancos quieren ver ‘privatizados’ en beneficio de ellos. Esta es la ‘reforma estructural’ más importante que Berlusconi le ha incumplido a la gran patronal italiana.