Crisis mundial y perspectivas en Uruguay

PT

-Exclusivo de internet

Los ‘gurúes’ económicos- sean patronales, de la burocracia o del gobierno- aseguran que Uruguay ha superado con creces la crisis económica mundial. Parece probar esta tesis el crecimiento de las exportaciones y la producción, tanto industrial como agropecuaria, el aumento del crédito y las proyecciones de inversiones extranjeras directas.

La crisis en 2009 produjo una disminución descomunal de la formación bruta de capital de un 10,4%, una disminución del comercio exterior y un reforzamiento del ataque a las condiciones de trabajo de la clase obrera. Los trabajadores sin cobertura social treparon a más del 40% y entre quienes se encuentran empleados campean también las tercerizaciones y salarios por debajo de convenio y bordeando el mínimo nacional.

Tendencia Internacional

La ‘reactivación’ de la economía uruguaya se emparenta a la de las llamadas economías ’emergentes’ como resultado, en primer lugar, de la demanda China que aumentó un 66%. El incentivo fundamental ha sido una inyección fiscal y un bombeo monetario sin precedentes. Esta inyección a la demanda elevó los precios de la soja, el mineral de hierro, el caucho y el petróleo, engrosando las reservas de los países exportadores. En las últimas semanas, sin embargo, esta tendencia se ha revertido y se asiste a una caída generalizada de estos precios.

La economía de los ’emergentes’ se ha recalentado también con el ingreso de capitales especulativos a sus mercados financieros, provenientes de Estados Unidos y Japón, dónde toman préstamos a tasas cero de interés. También aquí ha comenzado una reversión de tendencia.

Este ingreso especulativo ha dado lugar a la valorización de las monedas en las “vedettes emergentes”, exponiéndolas a la competencia de las potencias industriales. Uruguay se encuentra atravesando esa presión, como lo revelan los choques comerciales con Argentina, Brasil y la UE.

Con la decisión de iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento, manoteando las reservas del BCU para pagar deuda y la emisión de bonos atados a la inflación, se incentiva un proceso especulativo fenomenal. Sin embargo, la “calesita financiera” tiene enormes límites, pues la bancarrota en Europa reavivó un retorno de las especulaciones hacia Estados Unidos y Japón. Brasil ha sufrido una devaluación del real, que se profundizará en el próximo período.

Mientras el déficit fiscal se agranda por los altos pagos de deuda externa y subsidios al capital, el gobierno se apronta a pegar un ajustazo al gasto en salud, vivienda y educación. El superendeudamiento de 2009 ha servido para financiar al capitalismo en crisis y no para aumentar los salarios y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.

Límites

La ‘recuperación’ económica que anuncian el gobierno y la burocracia encuentra su límite en el cuadro de conjunto de la crisis mundial. El relanzamiento de la crisis mundial, con el estallido en Europa, constituye un claro ejemplo de ello. Se estima que impacte en lo inmediato, especialmente sobre las exportaciones y los precios de las materias primas que Uruguay exporta.

El crédito al consumo ha sido financiado por el ingreso de capital especulativo, o sea mayor deuda externa. Pero el endeudamiento de las familias trabajadoras ha crecido enormemente y se agrava para quienes están en negro y no reciben aumentos.

La ‘recuperación’ económica no es más que un episodio de la propia crisis.