Internacionales
2/12/2010|1157
Fracasan las elecciones organizadas por el imperialismo en Haití
Seguir
-Exclusivo de internet
La elección a presidente en el país centroamericano fue un verdadero bochorno: 12 de los 18 candidatos -entre ellos, los dos principales- realizaron, en una presentación común, una denuncia de “fraude masivo” para favorecer al candidato del gobierno títere, Jude Celestin (yerno del mandatario René Preval) y exigieron la anulación de la elección. Miles de haitianos participaron de la manifestación exigiendo la revocación de los comicios, al grito de “Abajo Preval”.
Sin embargo, el Consejo Electoral Provisorio (CPE), al igual que la ONU y la OEA, validó los comicios, aunque estos carecen absolutamente de legitimidad. Por si las denuncias de fraude fueran pocas, se registraron cientos de incidentes en los centros de votación que dejaron, al menos, cuatro muertos en distintos puntos del país. La abstención volvió a estar en un nivel sumamente elevado (en 2006, llegó al 90% del padrón electoral).
De todas maneras, según el mismo CPE, ninguno de los candidatos logró superar el 50% de los votos, por lo que habría que ir a “segunda vuelta”. En realidad, la farsa comienza a parecer una comedia. A pesar del extremo desastre que significó realizar las elecciones en medio de un brote de cólera inédito en el país, con una rebelión extendida a la mayoría de las ciudades, las autoridades quieren perpetuar la farsa y realizar un segundo tramo electoral el 16 de enero. El aval de la ONU y la OEA a este escándalo es la demostración más concreta de la voluntad del imperialismo por mantener un gobierno títere en el país.
El fracaso de los comicios organizados por el imperialismo para sostener a su gobierno títere era más que previsible. El país sufre una ola de cólera (una enfermedad endémica en Haití, importada por el contingente militar de la ONU), que dejó 1.680 muertos, unos 60 mil afectados y que puede alcanzar a cientos de miles de personas. El caos reina en las calles de Haití, donde un millón de personas aún viven en carpas luego del terremoto y menos del 17% de la población tiene acceso a agua potable o a condiciones mínimas de higiene. La elección presidencial estaba planificada, originalmente, para febrero de este año, pero el terremoto que sacudió al país, dejando más de 250 mil muertos, obligó a su postergación.
Silencio “progre”
Hasta el momento, los presidentes “progresistas” de América Latina, que mantienen sus tropas en Haití, no han dicho nada al respecto. La misión argentina, inclusive, extendió su presencia en el país más de lo que requiere la ley y la ONU. Cristina Kirchner promulgó, hace pocos días, la ley para el retiro de las tropas, pero no le mereció siquiera una reflexión el rol jugado en estos 6 años por los uniformados.
El gobierno de Haití carece de cualquier legitimidad o respaldo popular. Actualmente, descansa sobre la misión de la ONU para mantenerse en el poder. El próximo gobierno, seguramente, estará aún más debilitado. Nada de esto dicen los Lula, los Kirchner o los Mujica sobre tamaño avasallamiento de la voluntad popular.
Por otro lado, la movilización popular se radicaliza y se extiende contra las tropas de la ONU y contra las maniobras del gobierno. Sin embargo, a pesar del pedido formal de revocatoria, la mayoría de los candidatos no se han puesto a la cabeza de las manifestaciones para derrocar al gobierno ilegítimo de Preval, ni mucho menos levantan un programa de transformación social.
La candidata favorita y ex primera dama, Mirlande Manigat, llamó a la población a manifestarse “pacíficamente para defender un nuevo Haití”, aunque sin dar mucho detalle. Su base social se encuentra, fundamentalmente, en la clase media y alta haitiana.
Sólo la movilización independiente de los explotados de Haití contra las tropas de la ONU, el gobierno de Preval y el imperialismo podrá darle una salida a un país azotado por la miseria y el hambre desde hace décadas.