FRANCIA El movimiento obrero en lucha contra el gobierno

Al momento de escribirse esta nota el gobierno atacaba con la policía los piquetes obreros en refinerías y depósitos petroleros. Un salto en la militarización de Francia. El enorme levantamiento popular contra el ajuste tiene posibilidades de triunfar.

desde París


Al momento de escribirse esta nota el gobierno atacaba con la policía los piquetes obreros en refinerías y depósitos petroleros. Un salto en la militarización de Francia. El enorme levantamiento popular contra el ajuste tiene posibilidades de triunfar.


 


El gobierno está desplegando su arsenal represivo contra el movimiento huelguístico, concentrado en las refinerías y depósitos de petróleo. El primer ministro, Manuel Valls, proclama desde Israel, con aires marciales y guerreros, que “ya basta, es insoportable”. El espectáculo de varias miles de estaciones de servicio sin nafta y las largas colas para obtener el combustible está minando la autoridad del gobierno. La policía comienza a desalojar los piquetes que bloquean los depósitos. Hay una amenaza de requisición contra los huelguistas de las refinerías y rumores de que se podría prohibir la manifestación de mañana jueves, con el pretexto de los enfrentamientos violentos. La violencia contra los manifestantes es permanente y creciente.


 


Se busca un salto en la represión y en la militarización.


 


A pesar de la agitación de la televisión, los partidos burgueses, y los ministros socialistas, que acusan a los sindicatos y a la CGT de provocar el caos, el movimiento huelguístico sigue contando con el apoyo de una parte importante de la población que reclama que Valls retire su ley. El jefe del bloque socialista en la Asamblea Nacional acaba de declarar que está dispuesto a negociar el artículo 2, que concentra la oposición sindical, porque permite los “acuerdos de empresa” contrarios a las garantías de los convenios colectivos y que de hecho liquida el Código de Trabajo. El profundo movimiento contra el ajuste y la destrucción de todo tipo de restricciones a la explotación del capital se ha enraizado, continúa y puede terminar en una victoria.


 


El movimiento huelguístico


 


En la semana pasada comenzó un reguero de huelgas en los depósitos de combustibles y en las refinerías. Sucedió al movimiento de los camioneros, que habían comenzado a bloquear las rutas, y obtuvieron una concesión importante porque el gobierno indicó que el plus por las horas extraordinarias no iba a disminuir en estas empresas del 25 al 10%, como prevé la ley. El martes 17 y el jueves 19 se volvieron a organizar las manifestaciones por el retiro de la ley y la marcha del jueves registró un número mayor de manifestantes. A pesar de todas las dificultades, el movimiento continúa desde hace más de dos meses.


 


Como todo movimiento profundo de las masas en el período actual, detrás de esta sucesión de enfrentamientos, luchas y episodios no hay un plan organizado, una progresión, una dirección, una estructura y una red nacional. Las huelgas se suceden pero son minoritarias y no se generalizan. Con esas características, una nueva huelga ferroviaria se producirá en estos días, y podría repetirse la semana que viene. La CGT anuncia una huelga indefinida en el metro de París para el 2 de junio y hay otro movimiento previsto en los aeropuertos. En algunos lugares de trabajo, como los ferroviarios de Normandía, se estructura un comité de huelga. En algunos puntos y regiones hay una progresión importante, como en Le Havre y Normandía, en Nantes, en Rennes. Cuenta también la tradición y el enraizamiento militante


 


La Intersindical es la organización que llama a las manifestaciones aunque no es la dirección del movimiento. Es una contradicción decisiva. Para el jueves 14 de junio, está llamada una manifestación nacional en París y una jornada de huelgas, pero en nombre del “diálogo” con el gobierno (declaración de la Intersindical del 19 de mayo). Es importante y puede confluir esta vez con un paro nacional y una manifestación, pero faltan casi tres semanas que los activistas tendrán que sostener con sus acciones y movimientos sin ninguna agitación ni apoyo central.