Fuera Bush y los ausentes con y sin aviso

La idea de hacer una manifestación un 9 de julio, contra la presencia de Bush en la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, partió de las corrientes de izquierda que hacen gala de patriotismo cada vez que pueden, como para mostrar que, más allá de las contradicciones de clase y de las divergencias políticas, están identificadas con el llamado ‘ser nacional’. La propuesta era de todos modos positiva, pues podría dar inicio a lo que debería ser una de las mayores campañas antiimperialistas que se hayan hecho en Argentina.


Los patriotas no vinieron, sin embargo, a la cita. El caso más escabroso fue el del MST, que mandó una “disculpa” a los asistentes, explicando que tenía a la misma hora varios locros electorales. El ultrapatriótico PC mandó una delegación modesta y la CCC bastante menos de lo que es capaz de movilizar. En definitiva, el gasto de la fecha patriótica lo hizo el Partido Obrero con una inmensa columna.


Así quedaron definidos los campos de los sectarios, que sólo concurren a fiestas familiares, de los frenteamplistas que se jactan de disfrutar de la promiscuidad.