Fuera la policía de la UNAM Libertad a los estudiantes presos

En la madrugada del último domingo, un malón de 2.500 policías tomó por asalto las instalaciones de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), la mayor de América Latina. La UNAM estaba ocupada por sus estudiantes y en huelga desde hace casi diez meses en defensa de la educación pública y contra su privatización.


La irrupción policial fue ordenada por el presidente Zedillo y respaldada por la jefatura del Distrito Federal, en manos del opositor y centroizquierdista PRD de Cuahutemoc Cárdenas.


 


Hay mil estudiantes detenidos.


La huelga comenzó en abril de 1999, votada por 100.000 estudiantes reunidos en asambleas, para luchar contra el aumento de los aranceles universitarios de 20 centavos de dólar a 120 dólares, dispuesto por el gobierno.


Como producto de la movilización, los aranceles fueron ‘reducidos’ a 65 dólares, una cifra todavía impagable para un hijo de la clase trabajadora. Por eso la huelga siguió. Se sostuvo durante estos nueve meses en asambleas masivas y en un Comité General de Huelga (CGH), formado por delegados de facultad elegidos en asamblea, revocables y rotativos.


En diciembre fue designado un nuevo rector de la UNAM. Organizó un plebiscito trucho y regimentado para demostrar el ‘aislamiento’ de los huelguistas. Según la revista mexicana Proceso, este plebiscito fue ideado y controlado por el Ministerio del Interior, en otra violación oficial de la autonomía universitaria. El nuevo rector, además, organizó bandas de rompehuelgas -militantes del oficialista PRI y del opositor y centroizquierdista PRD- para ‘quebrar desde abajo’ la huelga. También movilizó a un sector de la docencia y a la intelectualidad universitaria de centroizquierda contra los estudiantes. Todo esto fracasó.


Más todavía, a fines de enero la CGH organizó una marcha de más de 25.000 estudiantes. Los estudiantes derrotaban las maniobras políticas. Por eso vino la represión.


La violencia policial desató una vasta ola de repudio popular al gobierno. En la misma noche del domingo, más de 20.000 personas marcharon por las calles de la capital para reclamar la inmediata liberación de los estudiantes detenidos.


La lucha por la liberación de los detenidos es una bandera del movimiento estudiantil y popular de toda América Latina. El combate contra la privatización de la educación tiene una escala continental.