Grecia en el camino a la huelga general

Diario de una nueva lucha de clases en Grecia


Nos encontramos en estado de guerra” declaró pomposamente el primer ministro griego (y presidente de la Internacional Socialista), George Papandreu, el 3 de marzo, al anunciar una segunda ola de medidas draconianas contra los trabajadores y pensionados, exigida por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y los “consejeros” del Fondo que supervisan la economía griega. Pero la clase trabajadora desafía la retórica belicosa de la cabeza del gobierno del Pasok y las instrucciones de la UE para declarar su propio estado de guerra de clase.


El primer paquete de medidas de austeridad, a finales de enero de 2010, transformó a Grecia en un protectorado de la UE bajo la estricta supervisión, en lo que hace a su implementación de la Comisión, del Banco Central Europeo y el “know how” del FMI. Esto produjo la huelga nacional en el sector público el 10 de febrero  y la huelga general del 24 de febrero. El anuncio del nuevo paquete, el 3 de marzo, provocó una tormenta que continúa: una manifestación masiva en Atenas el 4 de marzo, una manifestación generalizada y una huelga el 5 de marzo, el día en que el nuevo paquete de medidas fue votado en el Parlamento por el Pasok (y la extrema derecha Laos). El Parlamento estuvo bajo sitio popular y la policía antidisturbios trató de reprimir a  la multitud mediante su brutalidad habitual, usando gran cantidad de gas químico que hirió incluso al héroe de la resistencia comunista antinazi, de 88 años de edad y ex miembro del Parlamento, Manolis Glezos (es el hombre que sacó la bandera hitleriana de la Acrópolis durante la Ocupación).


Para el 11 de marzo ha sido convocada una nueva huelga general por la Confederación General del Trabajo (GSEE) y la Federación Nacional de Empleados Públicos (Adedy) dominados por la burocracia del Pasok. Se ha llamado a realizar actos masivos en el centro de Atenas y en las principales ciudades. Pame, la organización de sindicatos dirigida por el PC de Grecia (KKE) llamó también a la huelga y a sus propias concentraciones, separadas de los actos de GSEE/Adedy, junto con sindicatos independientes y otras organizaciones de izquierda (Syriza, izquierda extraparlamentaria, anarquistas y otros).


El primer paquete apuntaba a una reducción del 4 por ciento del déficit, desde el 12,7 por ciento del PBI a 8,7 por ciento en un año. Las medidas adicionales del 3 de marzo pretenden reducir el déficit estatal en otro 2 por ciento, un total del 6 por ciento o 4.800 millones de Euros, mediante el congelamiento de las jubilaciones, masivas rebajas en los salarios del sector público y un incremento del IVA. Esta es la mayor y más salvaje ofensiva deflacionaria contra los salarios y jubilaciones desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil en Grecia en los años 40.


Pero el nuevo paquete no es el fin del descenso hacia el abismo: le sigue una nueva reforma impositiva y luego, por encima de todo, el proyecto de ley de “Reforma al Sistema de Pensiones” contra todos los derechos a la jubilación, a ser presentado en las próximas semanas antes del fin de marzo. Más adelante, se esperan nuevas medidas de austeridad.


Grecia ha entrado en un prolongado período de convulsiones sociales, crisis políticas y un nuevo estadio de la lucha de clases impulsada por la bancarrota capitalista mundial. La huelga general del 11 de marzo es una temprana batalla en la guerra de clases. Las clases dominantes en Grecia y en Europa están temerosas de un contagio no sólo de los default soberanos sino del fermento revolucionario en los otros “puntos débiles” de la cadena de la eurozona, tanto en el sur de Europa como en la Unión Europea como un todo.