Grecia, entre el ajuste y las huelgas

Ferrocarriles paralizados contra los planes de privatización

Andrés (Comunicación - UBA)

Una huelga de los trabajadores ferroviarios paralizó los servicios internacionales, el tránsito entre las dos principales ciudades de Grecia, Atenas y Tesalónica, así como al tráfico ferroviario suburbano de Atenas en rechazo a la privatización parcial de la empresa estatal de ferrocarriles (OSE), una de las medidas de ajuste exigidas por el FMI y la Unión Europea. Esta lucha se suma a las 7 huelgas generales, al paro de los transportes de septiembre y la huelga de estatales de octubre en la interminable epopeya griega contra el ajuste.

Los ferroviarios anunciaron que no detendrán las medidas aunque el parlamento vote la privatización. Es que los trabajadores desconfían de las promesas del gobierno del primer ministro Papandreou de reubicar en otros sectores del estado a los trabajadores que resulten despedidos a raíz de ella.

Sus sospechas están plenamente justificadas. La Eurostat -la agencia de estadísticas de la Union Europea- publicó el viernes 22-10 los informes revisados de los déficits de toda la UE en el 2009 pero tuvo que retrasar la publicación de datos sobre Grecia porque encontraron “severas irregularidades” en las cuentas griegas; o sea, que están dibujadas. Una nueva auditoría podría volver a subir (ya fueron subidas en abril) las estimaciones del déficit del 2009 a más del 15% del PBI -desde un 13,6%-, y por lo tanto, la deuda total del país. La consecuencia es que “El gobierno de Grecia puede tener que aumentar sus esfuerzos en el recorte de presupuesto para llegar a los objetivos de déficit para el 2011”, según dijo Olli Rehn, Comisario de Asuntos Económicos de la UE (Bloomberg.com).

El gobierno de Papandreou se encuentra entre la espada y la pared: por un lado, necesita cumplir con las metas de ajuste exigidas por la UE para que mantengan prendido el respirador artificial -los préstamos billonarios que desembolsa para evitar que el estado griego caiga en el default; pero al mismo tiempo, esas medidas de ajuste están generando un estado de rebelión creciente. “La huelga de ferroviarios se produce en medio de una persistente tensión, con protestas y movilizaciones, en muchos estratos sociales, como estatales, médicos, docentes, portuarios, camioneros, agricultores y hasta bomberos” (Ansa, 25/10).

En ese contexto, todos los observadores coinciden que en las próximas elecciones municipales del 7 de noviembre el gobierno buscará plebiscitar las políticas de ajuste. Una derrota del Pasok “podría ser el preludio de elecciones anticipadas” (ídem).

No extrañaría que el atraso en la publicación de esos datos por la Eurostat sea un favor de la Comisión Europea de cara a esas elecciones: la publicación de esos datos sólo puede mostrar que el ajuste acaba de comenzar, lo que podría atizar aún más la rebelión popular.

No hay que olvidar que los griegos se preparan para la próxima huelga general, el 12 de diciembre, siguiendo las noticias de la huelga general en Francia.

“Y eso sin olvidar el fermento permanente del mundo estudiantil por los recortes y la anunciada reforma de la universidad” (ídem).

Más leña al fuego de la rebelión griega.