Un divorcio de Grecia de la Eurozona produciría un defol de más de 330.000 millones de dólares de la deuda pública helena. Al mismo tiempo, afectaría deudas por más de 6 billones de dólares de países como Italia, España, Francia, Portugal, Irlanda, Chipre y otros, que superan el 90 por ciento del producto de sus países. Impactaría, asimismo, al sistema de bancos centrales de Europa (operación “Target 2”), que tiene comprometidos préstamos a Grecia por encima de los 500.000 millones de dólares. Por último, tendría un efecto demoledor sobre el conjunto de la deuda privada. De acuerdo con el editor de Financial Times, el desendeudamiento público y privado, desde la bancarrota de 2007/8, ha sido virtualmente nulo.

 

Las bolsas de Europa están estancadas, a pesar del abaratamiento de las acciones provocada por la devaluación del 30% del euro. Lo mismo ocurre con el mercado de títulos públicos, incluso después de las compras iniciadas por el BCE por 60.000 millones por mes. Estas compras fueron insuficientes para detener la caída de los bonos europeos ante las noticias de que las negociaciones con Grecia podrían fracasar.

 

 

Corridas y ajustes

 

El BCE ha impulsado una masiva salida de capitales de los bancos griegos para forzar al gobierno de este país a un acuerdo. “¿Alguien duda de que el BCE -a través del Banco de Grecia- está incitando activamente a una corrida bancaria?”, esto luego de que esa entidad publicara un informe acerca de la inminencia del colapso de los bancos locales (Daily Telegraph, 19/6). La economía de Grecia se ha reducido en un 27%, el desempleo alcanzó 28% en 2013 y se despidió un tercio de los empleados públicos entre 2009 y 2014.

 

Un defol griego puede llevarse puesto al Banco Central Europeo y sus planes de liquidez. Los planes de ajustes contra los trabajadores y de monetización de la deuda han fracasado. Pagarle a los bancos acreedores -a costa de desocupación, reducción salarial, recesión y estancamiento económico- es hundir a los trabajadores en la miseria. Lo que pone nuevamente sobre la mesa nuevamente la crisis del capitalismo.