Haití: Qué hacen ahí los soldados argentinos

“Los ejercicios que realizan las fuerzas armadas (en Haití) parecen encaminados a prepararse para futuras circunstancias semejantes en los centros urbanos de los países de origen, o para estacionarse en estados colapsados.” Esta opinión, que confirma lo que en innumerables ocasiones denunciamos en estas páginas, es nada menos que de Juan Gabriel Tokatlian, profesor de Relaciones Internacionales de la privada Universidad de San Andrés (La Nación, 19/9).


Tokatlian añade: “La separación constitucional que existe en muchos países de la región, como la Argentina, entre seguridad interna y defensa externa, se ha borrado en la práctica…”.


Más claro, agua.


La invasión a territorio haitiano, sabido es, cumple la función de cubrir las espaldas de los marines yanquis que ocupan Irak, y esa es la función que han encargado a las tropas de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y a las del “indigenista” boliviano Evo Morales.


Pero hay algo más, como bien indica Tokatlian. Esas fuerzas se preparan para constituirse en tropas de ocupación en sus propios países y en cualquier otro amenazado por crisis revolucionarias o siquiera por movimientos de liberación nacional.


En cuanto a la disolución de las “fronteras” entre defensa exterior y seguridad interna, todo es peor: se vuelve sin remedio a la trágicamente conocida por todos nosotros Doctrina de Seguridad Nacional, que equipara los conflictos sociales con una agresión militar de un enemigo exterior.


En cuanto al objetivo inicial de la invasión a Haití, ha perdido sentido según indica el columnista de La Nación: “…la idea de que el músculo militar es el que está construyendo la democracia en Haití es, por decir lo menos, falaz”.


Por ejemplo: “Venezuela le brinda petróleo a Haití a precios preferenciales –generando un ahorro de 150 millones de dólares– y en condiciones de pago favorables, mientras, en marzo último, Cuba, Venezuela y Haití crearon, de acuerdo con lo expresado por el presidente René Preval, un fondo de 1.000 millones de dólares para equipos, construcción de viviendas y proyectos sociales y sanitarios. Sería absurdo que ahora la principal razón para continuar en la isla sea la contención de un eje La Habana-Caracas en el Caribe”.


Por cierto, no lo es. Tokatlian lo dice con todas las letras: “…la prolongación de la actual operación sólo apunta a perpetuarse y a convertirse, más temprano que tarde, en un modelo de neo-protectorado. Ése es el meollo estratégico que no se explica en las recurrentes solicitudes de extensión del plazo de despliegue de efectivos, y que debería someterse a una amplia discusión política”.


Entretanto, la represión al pueblo haitiano por parte de los invasores recrudece cada día.


Se trata, por tanto, de generar una movilización democrática elemental con consignas claras:


¡Fuera las tropas imperialistas de Haití y de toda América Latina!


¡Inmediato regreso de los soldados argentinos destacados en Haití!