Hambre en Estados Unidos

A 50 millones de norteamericanos no les alcanza para comer

Según cifras que dio a conocer la propia administración de Obama, la cantidad de norteamericanos que dependen del subsidio alimentario otorgado por el gobierno federal ha aumentado en forma drástica este año: actualmente, uno de cada ocho norteamericanos recibe un subsidio y la cifra aumenta a uno de cada cuatro si se considera solamente a la población infantil. Para 6 millones de norteamericanos -el 2% de la población total- el subsidio alimentario es el único ingreso de todo el grupo familiar. Las estadísticas, publicadas hace pocas semanas, reúnen datos de 2008, es decir que son anteriores al agravamiento de la crisis el año pasado (New York Times, 2/1).

El subsidio fue creado en la década de 1960 y consiste en la entrega de una tarjeta de débito que sólo puede utilizarse para comprar alimentos por una suma apenas superior a los 100 dólares por mes. Aunque se trata de una asistencia miserable y existen muchas restricciones para poder acceder a ella, se ha convertido en la principal fuente de subsistencia para millones de familias, porque los otros planes de asistencia estatal -como las ayudas en efectivo o el subsidio al desempleo- son todavía más restrictivos y difíciles de conseguir. Los datos de la estadística oficial son impresionantes, pero incluso se quedan cortos: se calcula que unos 18 millones de norteamericanos necesitan la asistencia y no la reciben -los inmigrantes ilegales, por ejemplo, no pueden solicitar el beneficio. En el último año han crecido enormemente los pedidos de ayuda a organizaciones de caridad, que anunciaron que no están en condiciones de alimentar a todos los que lo solicitan. Obama dijo que el problema de la desnutrición debían resolverlo las comunidades, “ayudando a alimentar a sus vecinos”.

El hambre no es un problema de algunas regiones o limitado a los “homeless” para quienes fue creado el subsidio alimentario. El fenómeno se registra a lo largo y a lo ancho del país, con aumentos dramáticos en algunas zonas -como Florida o Michigan- donde la crisis que siguió al colapso de la burbuja inmobiliaria y la recesión de la industria automotriz es aún más catastrófica. Según un informe del Departamento de Agricultura, 49 millones de norteamericanos -el 16% de la población- no contaron con comida suficiente en el año 2008. La mayoría de ellos tienen un trabajo, pero con un salario tan bajo que no alcanza para cubrir las necesidades de alimentación. Los datos oficiales dicen que la jornada laboral promedio se ha reducido a 33 horas por semana y que casi 9 millones de personas tienen un trabajo temporal porque no consiguen uno de tiempo completo. La desocupación ya supera el 10%.