“Hicimos tambalear al neoliberalismo, al capitalismo y al imperialismo. Eso es una garantía para el futuro”

Reportaje a Felipe Quispe, el Mallku, Secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb)

Ha concluido una batalla, ¿qué balance hacen ustedes?


Iniciar la lucha nos ha costado mucho trabajo, poder tener los cuadros sindicales. La Csutcb tiene más de 20 años, y en ese lapso fue una organización que no salía de la lucha tradicional: de las marchas vacías, pacíficas. Además era una organización que no trabajaba con su propio cerebro, había asesores blancos-mestizos, pseudo izquierdistas, pseudomarxistas, toda esa izquierda que ha fracasado en Bolivia, que ha traicionado a los movimientos guerrilleros, así llegamos a la conclusión de que había que cambiar. La Csutcb se ha salido del marco tradicional, entra a una lucha diferente, con una nueva forma de combate al neoliberalismo, porque nosotros sabemos bien que en este país no se va a encontrar por la vía pacífica ninguna conquista. De esta manera hemos estado organizando en el mes de abril el primer ensayo, a la vez hemos apreciado al gobierno, y ver si estaba bien o mal organizado. De ahí que hemos dado un plazo de 90 días *a la anterior lucha le habíamos dado 130 días*, y luego recién entramos a una movilización. Cuando la declaramos, la gente no pensaba que iba a ser como fue, y el gobierno nos ha respondido con balas, hemos sido ametrallados en Guaki, en Haurina, en Vinto, en Parotani e inclusive en Chapare.


Hemos dado sangre, también vidas. Esas vidas están abonando a la Pachamama a fin de que mañana puedan brotar nuevos revolucionarios, nuevos actores para las futuras luchas.


No faltaron al interior de la Csutcb los problema internos, de eso estamos concientes, porque al interior de la Csutcb no todos piensan igual, tienen diferentes ideologías, diferentes tendencias, se pelean, se sacan los ojos, se sacan pedazos de carne; ese es el problema que existe. Hasta eso hemos tenido que superar y jalar a toda esa gente y se ha dado la movilización. Pese a intentos de división, hemos salido fortalecidos como Csutcb, ahora nos sentimos más capaces. Nos hemos probado dónde habíamos estado organizados y hasta dónde nos habíamos alimentado ideológicamente. Hemos visto que debemos trabajar más para que la próxima podamos tomar el poder político.


 


Ustedes le han dado 90 días de plazo al gobierno para que cumpla con el acuerdo. ¿Qué piensan hacer en caso de incumplimiento?


La firma del Convenio ha sido el primer paso, hacerlo cumplir es el segundo. Les estamos dando 90 días para que cumplan y los vamos a someter, ya les conocemos los cojones a los ministros, ya sabemos cómo son esos señores. Vamos a acomodar un lugarcito, porque somos trabajadores del campo y aquí hay diferentes pisos ecológicos: están los del Altiplano, Valle, los Yungas, el Trópico, entonces vamos a buscar un intermedio, porque los Yungas, los del Oriente y el Altiplano tienen que tener un pequeño espacio de tiempo para poder hacer las acciones revolucionarias de las comunidades sobre las ciudades. Vamos a consensuar, porque la próxima vez no será como fue en esta oportunidad, el bloqueo por sólo por tres semanas, sino que será de meses.


La gente está contenta, está con la moral alta de continuar la lucha, a eso lo valoramos nosotros. El próximo cerco no será un anillo muy separado de las ciudades, será un cinturón humano que se estrechará mucho más cerca de las ciudades.


Para eso hay que trabajar, y eso nos corresponde a los dirigentes. Si el dirigente que está a la cabeza jala a todos, entonces ellos lo tienen que seguir, tal como manda el estatuto de la Csutcb.


 


En esta lucha ustedes formaron un bloque intersindical; sin embargo, muchos sindicatos no estuvieron presentes en esta lucha.


Ante la ausencia de la Central Obrera Boliviana nos hemos visto obligados a formar un bloque intersindical. Tenemos pactos sociales con diferentes organizaciones. Sin embargo, no se ha aglutinado a todas las organizaciones obreras, ya que ellos tienen su complejo de superioridad porque creen que el caudillo de la revolución es el proletariado. A los indios nos desprecian y dicen “Cómo este indio que apenas habla el castellano nos va a manejar”; por eso es que no han querido integrar el Bloque Intersindical, no creían que podríamos triunfar.


Al bloque se sumaron los maestros rurales, los gremiales, los colonizadores, hasta los transportistas del Altiplano. Cuando ya estábamos por lograr una especie de paraguas en el que se estaban cobijando varios sectores, todos han querido sumarse: los pequeños prestatarios, los maestros urbanos, pero llegaron tarde.


En el futuro todos van a venir, porque no sólo existe la lucha de clases, también existe la lucha de razas, hay mucha gente que está discriminada: los obreros de las fabricas, de las minas, los que trabajan en otros lugares. Yo creo que esa gente en el futuro se va a aglutinar alrededor de la Csutcb. En este conflicto todos nos han probado; decían: “A ver si tienen pantalones esos indios, a ver si se hacen respetar”. Hemos hecho tambalear al neoliberalismo, al sistema capitalista, al imperialismo y eso es una garantía para el futuro.


 


Felipe, en Bolivia el 93% de la tierra esta en manos de un 7% de propietarios, y un 93% de campesinos sólo tienen el 7% de la tierra. ¿Qué planteo tienen ustedes ante esta situación?


Lo que publica la prensa es verdad, esa gente tiene extensísima tierra, está en manos de los nuevos terratenientes que han surgido, y no hay cómo rescatarla, ya que las marchas no son contundentes porque no logramos afectar el sistema. De ahí que habrá que buscar otras forma de lucha. Para rescatar esas tierras estamos obligados a formar un movimiento de los sin tierra y tomarlas. No hay otra salida; nosotros no podemos estar rogándoles que nos den la tierra, ellos tienen tierras buenas, escogidas especialmente para ellos. La mayor parte de los terratenientes son extranjeros: los menonitas, los chinos, los árabes, y otros que han colonizado aquí en Bolivia.


La Csutcb está pensando en formar un movimiento para tomar tierras por la fuerza, ya que no hay otra salida. Es difícil cambiar la constitución política del Estado, incluso la ley Inra, por eso es que la han ratificado. Nosotros debemos elaborar en 60 días otra ley para que sustituya a la ley Inra, porque una ley mata a otra ley.


 


En un documento plantearon que si el gobierno no daba una solución se tenía que ir, e incluso plantearon convocar una Asamblea Constituyente. Explicanos en qué consiste el planteo.


Hemos hablado de una Asamblea Constituyente, eso ha salido de la mente de la Csutcb. Era una de las armas que pensábamos usar para desarmar a este sistema, pero por falta de apoyo la dejamos de lado por el momento, porque tiene que madurar, pero en el futuro podemos usarla. Tenemos que consultarla con los ejecutivos departamentales, porque para hacer una acción revolucionaria en la Csutcb siempre consultamos.


Hasta aquí estamos bien, ahora corresponde evaluar para ver si retomamos esa idea.


 


¿Qué mensaje le dirigirías a los obreros, campesinos e indígenas de Argentina?


A los hermanos indígenas de Argentina y de otros países quisiera decirles que los indígenas aymarás y quechuas estamos de pie y dispuestos a luchar; en los países donde somos mayoría, los indígenas estamos obligados a tomar el poder político. En los países donde no son mayoría, están obligados a unirse con los obreros, con las fuerzas de izquierda revolucionarias, para así tomar el poder, porque sólo así podemos liberarnos de estos gobernantes que nos ha manejado casi por 500 años. Ningún indígena va a estar dominado 500 años más.


A los hermanos obreros les digo que tenemos que unirnos; el marxismo no ha muerto, como tampoco el indianismo ha muerto, y otras posturas están creciendo en algunos lugares.


Hay que saber cómo manejar, cómo organizar, y así unirnos más para tomar el poder político. Eso será otro Pachakuti, en términos nuestros, es decir, a lo Tawantinsuyo. Seguramente van a haber reuniones internacionales donde tendremos que hacer análisis y coordinar para las futuras acciones que nos esperan a los explotados, a los pobres, a los discriminados que vivimos en la llamada Sudamérica.