Hoffa

Hace cuatro años, una tendencia centroizquierdista desplazó de la conducción del sindicato de camioneros –‘teamsters’, el sindicato más importante de la AFL-CIO– a la dirección derechista ligada a la maffia Jim Hoffa. Pero ahora, esa vieja burocracia –organizada alrededor de la figura del abogado James Hoffa, hijo de Jim Hoffa– se ha reorganizado y amenaza con recuperar el sindicato en las próximas elecciones de noviembre. Los derechistas acusan a Carey de “debilidad”, ante la política de ‘desregulación’ que permitió la aparición de compañías de carga que contratan a trabajadores no sindicalizados, al mismo tiempo que aumentaba la competencia del ferrocarril y el aerotransporte. Todo esto redundó en una significativa baja del número de afiliados y en un empeoramiento de los salarios y las condiciones de trabajo. Hoffa llama a votar por los republicanos.


Aunque el centroizquierdista Carey ha presentado el doble de avales que Hoffa y lidera las encuestas, el resultado de las elecciones de noviembre es incierto. En la reciente convención nacional de los ‘teamsters’, Hoffa obtuvo la mayoría de los delegados.


Una eventual victoria de Hoffa repercutiría en la AFL-CIO, ya que en la última convención nacional, que desplazó a la antigua dirección para proclamar presidente a John Sweeney, el 1,4 millón de votos de Carey en favor de Sweeney hicieron la diferencia.