“Hubo una verdadera rebelión en las calles de Seattle”

Testimonios de la rebelión popular; entrevista a Joaquín Cienfuegos, activista de Seattle

Entrevista realizada por Guillermo Kane

English version


Entrevistamos para Prensa Obrera a Joaquín Cienfuegos. Joaquín ha sido impulsor del programa CopWatch (Patrullar a la Policía) en Los Angeles y actualmente es activista en Seattle. La entrevista fue realizada el 4/6.


-¿Cómo se estuvo desarrollando el conflicto en tu área estos días?


-Las protestas grandes comenzaron el viernes 29/5. Fue más como un levantamiento. Lo que pasó el sábado 30 fue la confrontación con la policía más grande que haya habido jamás en nuestra área. Había unos 4 patrulleros incendiados y gente en las calles enfrentando a la policía. Hubo varios negocios que fueron expropiados, en especial en lo que llamamos el Distrito Internacional de Seattle, donde están los shoppings y las grandes cadenas de locales. Esas áreas fueron el objetivo.


Está habiendo más debates y hay una dicotomía generada entre manifestante bueno y manifestante malo; o manifestante violento o manifestante no violento. Esto viene del gobierno, pero también “organizaciones profesionales” que toman la misma posición. Las acciones y las marchas acá crecieron, pero se convirtieron en más pacíficas. Todavía hay enfrentamientos. Estuvo habiendo muchos arrestos. Éstos fueron presentados como algo sólo dirigido a los manifestantes violentos. Hubo un toque de queda impuesto durante casi toda la semana y ahora se levantó, luego de que el departamento de policía de Seattle y el intendente dijeran que las protestas se volvieron más pacíficas.


Los primeros días hubo una verdadera rebelión en las calles de Seattle. Cientos de jóvenes negros y jóvenes de color, principalmente. La juventud trabajadora que conforma gran parte de población de Seattle. Seattle tiene una gran brecha salarial. Tenés una gran cantidad de la industria tecnológica acá, como Amazon. Tenés gente muy rica y adinerada y, después, la mayoría de la clase trabajadora. No hay clase media acá.


Ahora hay más manifestantes. Miles y miles en las calles. Y la policía parece haber retrocedido. Pero todavía ves a la policía y a la guardia nacional con equipo antidisturbios. La situación todavía está militarizada. Sé de otras partes del país donde todavía hay saqueos y peleas con la policía. Acá el mensaje de no violencia parece imponerse por ahora.


Estamos viviendo tiempos interesantes porque es un tiempo de rebelión y estos levantamientos están ocurriendo durante una pandemia y una crisis económica en proceso, lo que echa leña al fuego. En especial la crisis económica, porque la gente sabe que los millonarios y multimillonarios están recibiendo un salvataje y millones de dólares más. Y la gente sólo recibió USD 1.200 y siguen teniendo que pagar sus alquileres e hipotecas y alimentar a sus familias, lo que intensifica el enojo. Sumado a lo que el gobierno viene diciendo y la represión que cae sobre estas marchas que eran en un principio pacíficas.


En Seattle, las primeras protestas eran pacíficas y la policía salía y le tiraba gas pimienta hasta a los niños. Hay un vídeo de una nena de 9 o 10 siendo rociada con gas pimienta en la cara por el departamento de policía de Seattle. Comenzaron tirando granadas de gas lacrimógeno y aturdidoras sobre nosotros. Eso propagó la furia. Hay mucha desinformación circulando, teorías conspirativas sobre quién empezó las protestas. Obvio que Trump y la gente en el poder está esparciendo esa desinformación y culpando a los anarquistas, a Antifa. En sus mentes los anarquistas son blancos ¿sabías? Así que dicen que son los manifestantes blancos los que incitan la violencia. Lo que es una manera de despreciar a la gente negra y de color y su habilidad para organizarse y defenderse a sí mismos. Los choques serían creados por anarquistas blancos infiltrados.


-¿Cuáles son los principales grupos sociales y políticos activos en las protestas?


-Los primeros días no había organizaciones liderando. Las primeras acciones fueron convocadas por organizaciones comunitarias en Seattle. Principalmente, era la juventud negra y de color que nunca antes había formado parte de una protesta. Y creo que eso lo hace más poderoso. Hay colectivos haciendo ayuda mutua y apoyando en el área. A veces, tenés una situación donde estos activistas profesionales vienen y, en vez de contribuir al levantamiento, vigilan a estos jóvenes y tratan de controlar la manera en que se resisten y en que protestan, mientras están reaccionando a algo que pasa en sus comunidades.



-¿Qué efecto creés que tuvo la amenaza de Trump de movilizar al ejército?


-Pienso que creó incluso más enojo. Incluso los toques de queda que fueron impuestos en diferentes ciudades hicieron que la gente quisiera salir aún más. La gente que no se animaba a dar el paso antes vio que hay una diferencia entre la gente en las calles y los simpatizantes de Trump.


Hace unas semanas, tenías a estos manifestantes blancos exigiendo que se reabriese la economía y a Trump exigiendo la reapertura de negocios. Hubo una gran diferencia entre cómo Trump y la policía reaccionaron a las protestas anti cuarentena. Esas no fueron reprimidas con gas pimienta. Fueron contra el gobierno con armas y no se encontraron con ningún tipo de resistencia de la gente en el poder. No hubo gas lacrimógeno. Y se ponían en la cara de los policías, no usaban tapabocas o elementos de protección. Muchos se enfermaron porque creían que el Covid-19 era una mentira. Pienso que eso le muestra a la gente la diferencia. Muestra en qué clase de sociedad vivimos. Una sociedad militarizada, un estado policial.


Por el otro lado, creo que ayudo a terminar con la violencia en las protestas. A pesar de que once manifestantes fuesen asesinados estos días en el país.



-¿Qué consignas resuenan entre los manifestantes?


– Una de las principales demandas es desfinanciar los departamentos de policía. Otros están reclamando la abolición de la policía, una posición más radical. Esto es una manera de poner en perspectiva el rol de los departamentos de policía y de la policía en general y el hecho de que la gente piensa que no hay necesidad de ellos.


Y el otro planteo, desfinancien la policía, se busca a través de los concejos deliberantes y cosas así. Ese es el principal planteo que hacen las organizaciones y activistas profesionales.


-¿A qué llamás organizaciones profesionales?


-A las sin fines de lucro, las ONGs. En EEUU, estas organizaciones ven un movimiento revolucionario, personas pidiendo la liberación de sus comunidades, y lo ven como algo contrario a sus intereses. Reciben plata del aparato estatal, también. Sus demandas y programas se alinean con el Partido Demócrata, a pesar de ser un tanto más reformistas.


-¿Qué clase de organizaciones en Seattle cumplen esta descripción?


-No muchas organizaciones que se me vengan a la mente. Están por todas partes en otros lugares como Los Angeles, San Francisco u Oakland. A pesar de que no haya muchas organizaciones, hay personas más del lado pacifista que tienden a posicionarse con la policía cuando hay cosas como daño a la propiedad. Incluso hay casos donde estas personas se ponen violentas con aquellos que elijen activar o ser más confrontativos o sumarse a la destrucción de propiedad.


-¿Mencionaste que también están quienes piden la abolición de la policía?


-Sí, pienso que es una posición más abolicionista, más anti capitalista. Están planteando la abolición de la policía y el sistema de prisiones, porque las prisiones en EE.UU. son un negocio. Hay mucha gente encarcelada por crímenes de pobreza y todo ese sistema es una nueva forma de esclavitud. La policía no está para protegernos a nosotros, sino a la propiedad privada. La historia de la policía está ligada a recapturar esclavos y proteger plantaciones y organización supremacistas blancas.



-¿Qué rol juegan las preocupaciones sociales y económicas en esta rebelión?


-Una de las principales críticas del gobierno o la pequeña burguesía es que hubo saqueos y asocian esto con manifestantes violentos. El tema es que cuando hay una pandemia y te dicen que te quedes en casa, pero la mayoría de esta gente perdió sus empleos. Y el hecho de que el capitalismo no se preocupa por la gente, sino por las ganancias. Al mismo tiempo, se están ocupando de proteger a multimillonarios, pero, una vez que comiencen a abrir la economía, nosotros, los de abajo, nos vamos a empezar a enfermar de verdad. La juventud entiende esto, que los millonarios continúan ganando más y más dinero, así que en mi mente, sólo estaban expropiando a estas grandes corporaciones. Esto habla de que la gente entiende esto, o sea, estamos en una depresión y no hay otra forma de obtener comida o ropa…porque no hay plata. ¿Cómo se pueden permitir pagar el alquiler? Están en una situación donde tienen que hacer esto para sobrevivir. Así que esto presenta una oportunidad para chocar con la policía y, al mismo tiempo, con las corporaciones y los millonarios que son los verdaderos saqueadores.


-¿Estás al tanto de alguna iniciativa para coordinar las protestas en las ciudades o establecer un programa común entre las manifestaciones?


-Podrías decir que hay una organización, que es Black Lives Matter. No son una organización, sino más bien una red. El apoyo por ellos está creciendo. Creo que son ellos que, si bien no están coordinados, son los que más alzan la voz, que llaman a la gente a salir a las calles, aunque la gente no necesariamente los sigue, sino que sale por su cuenta.


-¿Son una dirección del movimiento?


-No diría eso. Son quienes más alzan su voz y están intentando tomar el liderazgo, pero, incluso así, cuando vas a las movilizaciones, tenés marchas en otras direcciones, tenés gente de todo tipo.  Podrías decir que una cosa positiva es que cuando hay rebeliones, usualmente comienzan a apagarse una vez que entra en acción la guardia nacional, pero acá no está pasando. Hay protestas todos los días, que es algo bueno.


-Trump puso todas las fichas a detener estas protestas por medio de la represión. ¿Qué pensás que la gente puede hacer para derrotarlo?


– Creo que estas protestas lograron más en los últimos días que lo que se logró en años. Toda la presión colocada sobre Trump y el gobierno logró cambios. En Minneapolis, por ejemplo, el concejo deliberante votó deshacerse del departamento de policía y cambiar a una fuerza de seguridad comunitaria. En Los Angeles, el intendente dijo que van a recortar 100 millones de dólares del presupuesto de su departamento de policía (que es sólo un 5% del presupuesto anual). Esto un intento de conciliación con la consigna de “Desfinancien la policía”. Lo mismo está pasando en otras ciudades. La pregunta es si estas medidas y compromisos van a desparecer en unos meses o semanas o si van a durar.


En términos de los planteos de Trump, no son algo que vaya a desaparecer cuando él se vaya, está arraigado en la sociedad. Obviamente, quiero ver un  mundo diferente, pero necesitamos un movimiento que crees las fundaciones para un mejor mundo donde la gente tenga ayuda mutua, autonomía y democracia directa en sus comunidades. Cuando tenés una comunidad fuerte, la policía se convierte en obsoleta. Si la gente tuviera todo lo que necesita, la policía no sería necesaria para defender la propiedad. Y creo que lo que está pasando en la Casa Blanca muestra que la gente comprendió que el Partido Demócrata no es diferente al Partido Republicano. Porque creo que la gente tenía sus esperanzas colocadas en alguien como Bernie Sanders, que era un demócrata socialista y que hablaba sobre todas estas cosas que la gente ya tiene en otras partes del mundo: educación gratuita, salud pública y gratuita y cosas así. Pero quedó demostrado que incluso esto es una amenaza para el Partido Demócrata, que lo saboteó y muestra que el sistema está corrompido y que no hay democracia acá. El sistema electoral también está corrompido. Van a ser tiempos interesantes, tenemos más trabajo que hacer, que organizarnos y realmente construir el mundo que queremos ver.


-Hay niveles de activismo y militancia que no vemos hace muchos años en EE.UU. Hablaste sobre cómo ven al Partido Demócrata como corrupto. ¿Qué discusiones ves que hay entre militantes y activistas sobre alguna organización política separada del sistema político bipartidista que vemos hoy?


-Creo que todo el debate se centra en las estrategias sobre las protestas, por ejemplo: protestas pacíficas vs. protestas violentas o que busquen la destrucción de propiedad. Pero este debate debe ocurrir, los activistas demócratas intentan mostrar que votar es la única solución, pero esto no viene funcionando, así que tenemos que empezar a ver más allá de este sistema y crear algo diferente. Y va a conllevar esta conversación. Estuve hablando con algunos camaradas sobre esto, sobre estar en las calles, hablar con la gente con folletos, con literatura sobre cómo podemos protegernos, pero también sobre la participación en cuestiones políticas y el mundo que queremos ver. De otra forma, vamos a volver a la normalidad en unos meses, con la promesa de una o dos concesiones y van a seguir matándonos.