Huelga general en Asturias

Las “negociaciones de alto nivel”  entre los burócratas, los patrones y los gobiernos de Barcelona y Madrid no han arrojado resultado alguno, luego del anuncio de los 9.000 despidos que traerá aparejado el cierre de la subsidiaria española, Seat, de VW.


La abrumadora mayoría de los 23.500 trabajadores de las tres plantas españolas de la Seat (Zona Franca y Martorell, en Barcelona, y Labanden en Navarra) han cumplido un paro de cuatro horas por turno contra los despidos. La huelga forma parte de un plan de varios paros parciales y de 24 horas que continuará la semana próxima. La medida —que paralizó todas las plantas— desarmó una primera maniobra de la patronal: dividir a los trabajadores con los anuncios de que no habría un solo despido en las plantas de Navarra y Martorell.


El cierre de la planta de la Zona Franca significará 40.000 despidos más en las industrias proveedoras. Los trabajadores de la Zona Franca denuncian que el cierre de la planta es completamente arbitrario y que las “pérdidas”  que muestra la empresa para justificarlo han sido “fabricadas”  por la VW para traspasar a la Seat sus pérdidas en Alemania. En efecto, VW obligó a la Seat a comprar un 70% de sus componentes en Alemania, a precios mayores que los del mercado español y que se encarecieron todavía más por la devaluación de la peseta. Sospechosamente, la Seat defendió la política devaluacionista de Felipe González … a pesar de que, curiosamente, no había contratado seguros de cambio para “cubrirse”  del riesgo cambiario (La Aurora, 24/10).


La resistencia de los trabajadores de la Seat empalma con una serie de importantes luchas de todo el movimiento obrero español. Los trabajadores de la CSI, un complejo siderúrgico estatal, y los de Casa, fabricante aeronáutico, han anunciado paros en protesta por la suspensión de las negociaciones salariales. “El descontento está creciendo mucho entre los 70.000 metalúrgicos estatales”,  constata el “ Financial Times” (28/10). Mientras tanto, en Asturias, acaba de concluir una huelga general —convocada por las dos centrales sindicales, Comisiones Obreras (stalinista) y UGT (socialdemócrata)— por la reincorporación de más de dos centenares de mineros despedidos en la cuenca del Nalón. Esta fue la sexta huelga general en Asturias en los últimos dos años pero, de lejos, la mayor de todas. En vista de la creciente efervescencia obrera, las burocracias de CC.OO. y la UGT, que negocian un “pacto social”  con el gobierno y las patronales, han llamado a una movilización nacional para el 25 de noviembre. “A la Ubaldini”,  claro, sin continuidad y sólo para “descomprimir”  .


Como en Francia, como en Alemania y en Italia, la clase obrera española está levantándose contra la pauperización que pretende imponerle la burguesía. Desde el Atlántico a los Urales, del Mar del Norte al Mediterráneo, Europa está al rojo vivo.