I° Congreso de la CSP-Conlutas – Brasil: impasse y división

Entre 27 y 30 de abril se realizó el I Congreso de la CSP-Conlutas, en una estancia del interior de San Pablo de difícil acceso, y con la presencia de poco más de 1.800 delegados (y 300 observadores) en representación de 234 organizaciones sindicales, así como de "movimientos sociales" ("sin techo", homosexuales, negros, etc.) y una fracción del movimiento estudiantil (Anel).


El Conclat (también convocado por la Conlutas), celebrado en Santos en junio de 2010, reunió a más de 3.100 delegados. La totalidad del movimiento sindical brasileño reúne a casi diez mil sindicatos, 2.200 de ellos afiliados a la CUT. La CSP-Conlutas representa el 2% del sindicalismo del país (ciertamente, los "10 mil" incluyen una buena proporción de sindicatos que existen sólo en el papel). Las principales organizaciones sindicales de la CSP-Conlutas son la construcción civil (Belém y Ceará), metalúrgicos de San José dos Campos y otras regiones, y el sindicato nacional de profesores universitarios (Andes), ciertamente importantes y combativos. Hubo presencia de delegaciones obreras (no sindicatos) de Jirau, Santo Antonio y Belo Monte, así como de los obreros de las obras de la Copa 2014 y la Olimpíadas 2016, que han protagonizado importantes huelgas. Hubo también 19 delegaciones internacionales, la mayoría compuestas por activistas o dirigentes individuales, o pequeños grupos político, y la corriente sindical Solidaires, de França (vinculada al NPA).


El 75% del plenario estaba dominado por el PSTU, de la LIT (Liga Internacional de Trabajadores), que celebró sus 30 años con un acto público en el propio congreso. La autorreferencia es una epidemia mundial del sectarismo. El tono dominante en el congreso fue el de la autoconstrucción, cuando no el de la auto-celebración, repetida hasta la saciedad. El hecho de que en los últimos dos años las principales huelgas y enfrentamientos se registraron en sindicatos "cutistas" (petroleros, bancarios, correos), en choque con sus burocracias, en los cuales la CSP-Conlutas posee algunas bases importantes, no fue analizado políticamente, sino para promover escisiones (cómo lograr una futura y más que hipotética adhesión de esos sindicatos a la CSP-Conlutas), o simplemente ignorado. Este, sin embargo, es el problema político crucial de la situación obrera en Brasil; fue ignorado, incluso más, por los grupos "opositores" al PSTU dentro de la "central sindical y popular".


Tribuna Clasista, aunque un agrupamiento pequeño, distribuyó cinco mil ejemplares de su declaración (ver PO Nº 1218), e intervino con sus dos delegados en las comisiones de trabajo (ocho en total). Impulsó una moción para un "plan de acción" y propuso una campaña dirigida a todo el movimiento sindical, en especial a los sindicatos CUT, por una lucha unificada por el programa de reivindicaciones acuciantes de la clase trabajadora y la juventud (salario, contra los despidos y la precariedad laboral, contra la represión y criminalización, por la libertad de organización). La moción fue aprobada en dos comisiones (por unanimidad en una, y por mayoría en otra). En el momento del plenario, sin embargo, en la "consolidación de las propuestas" realizada por una comisión ad hoc, esa moción desapareció. Las que sobrevivieron no tuvieron mejor suerte, pues su discusión y votación fue aplazada para una comisión a ser nombrada por la nueva dirección (casi igual a la precedente). El argumento fue la falta de tiempo, tiempo que sin embargo sobró para diversas rifas, saludos, oraciones ("místicas"), espectáculos y cosas semejantes


¿Democracia obrera?


La catarata de "propuestas" discutidas en las plenarias precedentes (coyuntura nacional e internacional, balance de la central) fue objeto de debates formales, con sus resultados conocidos de antemano. Un papel de alguna importancia en esta ficción cupo a grupos sin ninguna base, "trotskistas" o no, acompañados de sus respectivas "internacionales". Estos giran en permanencia alrededor de las iniciativas del PSTU-LIT, a pesar de que acusan a su movimiento internacional de estar financiado por el imperialismo (referencia explícita al agrupamiento "Batalla Obrera", de Haití) o de "traidor", por no organizar milicias armadas para combatir en Siria. Los adiposos representantes de esas sectas lumpenizadas pasaron el congreso en tertulias etílico-alimenticias, financiadas (así como su alojamiento y parte del transporte) por la propia CSP-Conlutas, a cuya dirección sirven "quemando" a toda oposición de izquierda como lunática. En una auténtica democracia obrera, estos guerrilleros de colesterol no tendrían lugar.


Finalizado el congreso, la CSP-Conlutas hizo un escuálido acto del 1º de Mayo en la Avenida Paulista, mientras las principales centrales (CUT y Fuerza Sindical) realizaban en perfecta tranquilidad un acto con 50 mil personas en otro espacio, con números artísticos y sorteos de coches y departamentos aunque no totalmente despolitizado, pues tuvo su eje en el apoyo al gobierno de Dilma Roussef y su supuesto enfrentamiento con el sector financiero en torno de las tasas de interés. Otros sectores "clasistas" (las "Intersindicales") andaban por otros lugares. Un sindicalismo enfeudado a la burguesía, con una izquierda clasista atomizada y auto-satisfecha. Tal es el panorama actual.


Huelgas generales


Pero la dura realidad social golpea la puerta. El 2 de mayo, el Foro de Entidades Nacionales de los Servidores Públicos Federales (SPF, más de un millón de trabajadores) indicó la perspectiva de huelga general de los empleados estatales, con paralización por tiempo indeterminado a partir del 11 de junio. Andes (CSP-Conlutas) participa de ese Foro con otros 29 sindicatos nacionales y tres centrales sindicales. La política auto-referencial termina donde empiezan las responsabilidades reales. A la reacción unificada de los SPF se le suma la huelga de 48 horas de los no-docentes de la universidades (9 y 10 de mayo), la de 24 horas en el Poder Judicial (9 de mayo), y la indicación de huelga general por tiempo indeterminado de las Instituciones Federales de Enseñanza Superior (Andes) a partir del 17 de mayo. Para que este movimiento se unifique con el de los trabajadores de la construcción y correos, con las luchas de los obreros y empleados del "sector privado", es necesario otra política, otra alternativa.