Italia: decenas de miles en las calles reclaman a la CGIL una huelga general

El pasado sábado 16 de octubre, centenares de miles de manifestantes (un millón, según los organizadores) se sumaron a la convocatoria realizada por la Fiom -el sindicato de los metalúrgicos-, en una de las principales plazas de Roma, para rechazar la tentativa de liquidación de los convenios colectivos por parte de la Fiat y la Cofindustria, que cuenta con el apoyo de las centrales sindicales, UIL y CISL, y la pasividad de la CGIL -la central obrera a la que pertenece la Fiom. La dirección de la Fiom ha esperado meses de ataques y provocaciones para realizar esta marcha que convocó con una anticipación de seis semanas. Los trabajadores italianos tomaron la convocatoria de la federación metalmecánica en forma masiva. La gigantesca movilización demostró, en la calle, la vitalidad de la clase obrera y abrió una nueva etapa, luego de meses de iniciativa patronal. Según el Financial Times, la marcha “puso de manifiesto que el movimiento obrero es aún capaz de movilizar sus fuerzas en todo el país” (17/10).

El reclamo de los manifestantes a la dirigencia de la CGIL era claro: “sciopero, sciopero”. Ante la presión, el secretario general de la CGIL, Guglielmo Epifani, se vio obligado a anunciar que luego de la próxima “jornada”, convocada para el 27 de noviembre, habría que “evaluar” una huelga general. Tal anuncio, claro está, estuvo lejos de conformar el reclamo de los manifestantes, un sector de los cuales incluso se retiró cuando el secretario general tomó la palabra. La dirección de la CGIL está negociando con Cofindustria un acuerdo que permita reintegrar a la Fiom a un proceso negociador, con el argumento compartido por todos de que su ‘aislamiento’ radicalizaría a la masa obrera de la gran industria. Sin la Fiom, la burocracia de la CGIL no cuenta en Italia. “Una cosa es cierta”, comentó con preocupación el editorialista del Corriere della Sera, “en la tradición sindical italiana la expresión ‘huelga general’ ha tenido siempre un significado especial y una vez pronunciada nunca resultó fácil que sea olvidada”.

La masiva manifestación del sábado puso en evidencia que en las bases de la clase obrera italiana existe una tendencia de lucha que supera la política de la propia Fiom y las expectativas del conjunto de la izquierda, que hasta ayer caracterizaban que Italia atravesaba por una ofensiva de la derecha, sea en alusión a Berlusconi, a su aliado Bossi, o a la gran patronal bancario-industrial. Si se tiene en cuenta que en las últimas semanas se ha abierto también un proceso de movilización en las universidades italianas, impulsado por los anuncios de ajuste por parte del ministro de Economía, la situación italiana comienza a parecerse a la de su vecina Francia, con la gran diferencia de que el epicentro del combate en Italia es el proletariado industrial.

Lo mejor está por venir.