Jeremy Corbyn, otro intento de rescate


El diputado por Islington North, Jeremy Corbyn, 67 años y 25 en el House of Commons, puede convertirse en líder del Partido Laborista el 12 de septiembre. Luego del derrumbe del laborismo en las últimas elecciones y de la emergencia del Partido Nacionalista Escocés, busca ser el salvador de su partido. Lo apoyan los seis sindicatos más grandes de los catorce ligados al laborismo (TUC, Unite, Unison, RMT, CWU, PSC). También recibe el apoyo de Verdes, el SNP (Partido Nacionalista Escocés), People's Assembly y Plaid Cymru, y no está descartada una “alianza” posterior entre ellos.


 


Corbyn logró la afiliación de más de 400.000 sindicalistas y simpatizantes. Corbyn alcanzaría el 53% de los votos (miradasalsur, 30/8), 17 puntos arriba del segundo, más que suficiente para liderar el partido. El político “renovador”, quien viaja asiduamente en subte y viste de forma austera, fue la cabeza visible de las multitudinarias movilizaciones (250.000) del 20 de junio de La Asamblea del Pueblo contra la Austeridad, los “indignados” ingleses. Corbyn plantea el retiro de Gran Bretaña de la Otan y el cierre de las centrales nucleares; también apoya el reclamo de los escoceses para que se nacionalice el petróleo del mar del Norte.


 


Corbyn -que no es un “outsider” ni un adolescente- es asimilado por muchos a Pablo Iglesias o Alexis Tspiras, y en Gran Bretaña se lo tilda de ‘rojo’. Como estos, ‘emerge’ del hundimiento de los partidos tradicionales -el de su propio partido. No es el primer intento de devolver al Labour su función reformista original; la derecha británica le asegura un fracaso descomunal en las elecciones nacionales y espanta a la opinión pública con un fin del bipartidismo. No existe la menor posibilidad de que este inglés tenga más suerte que sus colegas de Grecia y de España. El ascenso de Corbyn testimonia, sin embargo, dos tendencias: una, el realineamiento ‘keynesiano' que no termina de aparecer en la burguesía de Europa ante el fracaso de sus salidas a la crisis mundial; del otro, una tendencia a la rebelión en las nuevas generaciones, que no adquiere forma independiente de programa o estrategia.


 


Monarquía


 


Propuestas “keynesianas” al margen, Corbyn es un defensor de la corona, como Iglesias o como Tsipras con la Iglesia ortodoxa -“no es la lucha en la que estoy interesado”, le dijo a una revista británica, a pesar que el 61% de sus seguidores está a favor de la abolición de la monarquía. El apoyo que declara al proceso nacionalista escocés y a la unidad de Irlanda, se diluye en la vaguedad -o sea que podría empalmar con cualquiera de las propuestas que debate el imperialismo.


 


En Argentina ha llamado la atención porque propone un gobierno bipartito en Malvinas. “Old wine, old bottle”.