Juez, con los fascistas

Lefevristas destrozaron la muestra del artista Alfonso Barbieri

El miércoles 6 por la noche, un grupo de ultraderecha disidente de la Iglesia Católica, encabezado por el cura Julián Espina, entró al centro Cultural Municipal España Córdoba y destrozó los dibujos del artista Alfonso Barbieri. Además rompió parte de las instalaciones y con restos de vidrios se cortaron los brazos y mancharon las paredes. Este mismo grupo, años atrás, impidió que se inaugurara la muestra “Navidad: 10 artistas, 10 miradas”, que se realizaba en Cabildo, y golpeó con cadenas a los que reclamábamos su apertura. Lo más grave es que la Municipalidad cedió ante las presiones y levantó las respectivas muestras.


Antes de que se inaugurara la presentación de los dibujos de Barbieri, el director “progre” del Centro Municipal (Daniel Salzano) había pedido al autor que retirara algunos dibujos y convocado a Espina al lugar para que corroborara que así había ocurrido y ¡¡¡“fiscalizara” la muestra!!!


Juez y sus funcionarios culturales no sólo censuraron por tercera vez la expresión de artistas cordobeses (recordemos la detención de los artistas de Urbomaquia, en una intervención callejera), sino que además dejaron al desnudo la estrecha ligazón con los sectores más reaccionarios de la Iglesia. Los progres municipales abonan así el terreno para que estos accionares fascistas se desarrollen con total impunidad. Esto se ve en el hecho de que la Municipalidad no inició ninguna causa contra estos “bárbaros”. Por segunda vez, deben ser los artistas —después de soportar la censura y ver sus obras destrozadas– los que tienen que realizar la denuncia. Eso sí, para desalojar a los artesanos de la peatonal y encarcelar a las artistas de Urbomaquia, Juez da cátedra de cómo se debe trabajar con “todo el peso de la ley”.


En la desprotección absoluta por parte del Estado municipal, Alfonso Barbieri detuvo la distribución de su libro de dibujos ya que la librerías no lo aceptarían, por miedo a posibles destrozos.


Abajo la censura de Juez. Ninguna injerencia de la Iglesia en el Estado.