Los habitantes de Kiriat Shmona, una de las ciudades israelíes cercanas a la frontera con el Líbano, no pueden más con la guerra. Las estimaciones del comando de retaguardia lo habían anticipado hace una semana: "No tenemos mucho más que una semana, a lo sumo dos", antes de que la "retaguardia" se canse. El domingo 30 comenzaron a evacuar a los ancianos de Kiriat Shmona y otras ciudades contiguas; casi el 90% de la gente no trabaja.

En Naharayia, los trabajadores y dueños de pequeños negocios recibieron a Ofer Eini, el secretario de la Histadrut, con críticas por el acuerdo que firmó con las cámaras empresariales; los pequeños comerciantes también manifestaron en Haifa. La propuesta de subsidios no alcanza; los trabajadores que no pudieron ir a sus lugares de trabajo deberán "participar" de las pérdidas; algunos recibirán el 80% de sus bajos salarios; a otros se los forzará a "tomar vacaciones", y otros pasaran a trabajar cuatro días por semana.

"No hay más aguante para esta guerra", aseguró a la televisión israelí una vecina de Kiriat Shmona, que duerme con su familia en uno de los refugios públicos.