La burocracia ante la crisis de los sindicatos

Tres de los mayores sindicatos norteamericanos —la UAW (United Auto Workers, automotríz), la USA (United Steelworkers of America, siderurgia) y la IAM (International Association of Machinist and Aerospace Workers, mecánicos e industria aeronáutica) anunciaron su unificación en un sindicato común, que contará con más de dos millones de afiliados. Los sindicatos fusionados convocaron a otros gremios a este proceso de unidad (particularmente a los mineros). Con anterioridad el sindicato del neumático (United Rubberworkers of America) se había entregado a la United Steelworkers.


La creación del “supersindicato” es —según sus propios impulsores— un intento de frenar la declinación del número de afiliados y de la “influencia” sindical.


La unificación es una respuesta limitada y burocrática a una crisis política muy profunda de los sindicatos.


En lugar de establecer un programa de lucha que haga frente a la cuestión de la desocupación, el retroceso salarial, la superexplotación (“flexibilidad laboral”) y los crecientes ataques a la seguridad social; los burócratas creen que podrán controlar la crisis mediante la unificación de sus presupuestos financieros y el reforzamiento de su trabajo de presión (“lobby”) en el Congreso.


Recientemente, un amplio sector de las direcciones sindicales (entre las que se cuentan los sindicatos ahora fusionados) decidió enfrentar a la actual dirección de la AFL-CIO (CGT) y sustituirla por un “nuevo liderazgo” (ver “La crisis de la AFL-CIO” en En Defensa del Marxismo, nº 7).


La “política sindical” en Estados Unidos se concentra en la acción de “lobby” en el Congreso norteamericano, en el financiamiento de las campañas electorales de los candidatos del partido demócrata y, de vez en cuando, en el subsidio a los trabajadores en las huelgas,  que la burocracia concentra en una o dos fábricas por rama de producción en los períodos de renovación de los convenios de trabajo. Estas huelgas “demostrativas”, han llevado al movimiento de derrota en derrota; la más reciente es la de Firestone/Bridgestone, del neumático … precisamente conducida por uno de los sindicatos fusionados, la USA.


El Financial Times (29/7) califica a la unificación como “la versión sindical de las restructuraciones corporativas”, porque uno de sus objetivos es “reducir los costos administrativos de los sindicatos”. Uno de los dirigentes del gremio de los metalúrgicos (Steelworkers) reconoce que “anteriores intentos de unificación sindical no han resultado exitosos” (ídem).  Y este intento volverá a fracasar porque tiene por objeto  continuar aplicando la misma política que ya ha fracasado …


Para frenar los ataques patronales y defender sus conquistas, el movimiento obrero norteamericano no necesita mayores aparatos sindicales sino una ruptura con la política reaccionaria y nacionalista que llevan adelante sus direcciones y el restablecimiento de la independencia de clase.