Crisis financiera en Chile: La debacle de las cuotas que festeja Cristina Kirchner

El mayor escándalo financiero en la historia de Chile explotó hace un par de semanas, luego de que la empresa de venta de productos minoristas, La Polar, con 44 sucursales en Chile, admitiera que había refinanciado las deudas morosas de 418.826 clientes, un 35% del total de su cartera. En algunos casos las aumentó hasta 30 veces sobre su valor inicial y las pasó de “morosos” a “al día” en sus estados contables. Los fondos previsionales privados tienen el 27% de las acciones de La Polar.

La crisis de La Polar arrastró a la caída en la Bolsa al resto de las cadenas minoristas. Los papeles de La Polar acumularon un retroceso del 80 por ciento, lo que equivale a una pérdida en su valor bursátil cercana a los mil millones de dólares (Reuters).

Los más afectados fueron los clientes de bajos recursos. El sobreendeudamiento para adquirir crecientes niveles de bienestar, más allá de la capacidad objetiva y sustentable de pago, saludado por Cristina Kirchner de este lado de la cordillera, desató un quebranto sin precedentes.

La Polar tendrá que destinar cerca de mil millones de dólares para cubrir deudas incobrables. Asimismo, intenta compensar con un criticado y confuso plan a sus más de 400.000 clientes afectados por la recarga de deuda que les metió en la refinanciación inconsulta. Miles de clientes ya rechazaron el plan, optando por seguir adelante con una demanda colectiva que lidera el Servicio Nacional al Consumidor (Sernac).

La crisis de La Polar puso de manifiesto la falta de regulación de las tarjetas de crédito de las casas comerciales (La Polar tenía emitidas, ya en 2006, casi 2 millones de tarjetas para sus clientes), así como la falta de información sobre la deuda que tiene cada consumidor (deuda consolidada).

Todo este mecanismo inescrupuloso no es exclusivo de La Polar; las tarjetas de crédito de las casas comerciales superan a las tarjetas bancarias (58 contra 42%). El auge de estas megacadenas se encuentra estrechamente vinculado a la especulación financiera. Lo que comenzó como herramienta para potenciar ventas, se convirtió en un negocio autónomo. El negocio financiero de las tarjetas de crédito, enfocado en las familias de más bajos ingresos, es el componente más importante de los ingresos totales de estas compañías. Se oculta la morosidad con refinanciaciones usureras a espaldas de los deudores. Es la “contabilidad creativa”, un fraude inventado por los ejecutivos de Enron y WorldCom, en los Estados Unidos. Los sectores más pobres acceden a este tipo de tarjetas porque no pueden acceder a créditos de consumo en la banca.

Por su gravedad, se lo ubica como la punta de un iceberg de magnitudes continentales. Las marchas y protestas que sacuden Chile deben ser analizadas en el contexto de disolución de las relaciones sociales capitalistas en curso.