La “izquierda” del partido del gobierno

El ingreso de Erundina al gobierno “collorido” de Itamar Franco, ha sido la ocasión para que se manifestara nuevamente el alto grado de descomposición política de una de las corrientes que integra el ala izquierda del PT, nos referimos a la lambertista que edita el periódico “O Trabalho”. A su máximo dirigente, Markus Sokol, miembro del Ejecutivo del PT y, según se dice, licenciado en economía, no se le ocurrió mejor forma de reclamar la expulsión de la derrotada intendente de San Pablo que afirmando que “el PT no puede tener dos pesos y dos medidas, como tratar a la Convergencia Socialista de una manera y a Erundina de otra” (Folha de Sao Paulo, 31/1). El lambertista hace alusión a la expulsión de la primera hace poco más de medio año, sin referirse claro está a la muy anterior de Causa Operaria, la primera contra la que se abatió la “caza de brujas” stalinista de los ex stalinistas que pueblan la dirección del PT.


El lambertista Markus no logrará, ciertamente, con su ocurrencia “conmover” a la dirección del PT para que se desembarace de Erundina, pero sí dejará firmemente establecida su demorada justificación de las expulsiones consumadas por la dirección del PT contra la izquierda del partido. Semejante impostura del lambertiano no es, con todo, lo más grave: lo peor es que circunscribe el reclamo de expulsión de Erundina a una limpieza del aparato, y de ninguna manera lo concibe como el inicio de una barrida general de la derecha. La escuela de Lambert no es tan osada como para usar el reclamo de la expulsión de Erundina para exigir al mismo tiempo la reicorporación de toda la izquierda expulsada del PT, algo tan legítimo como adecuado, desde el momento que el ingreso de Erundina al gobierno pro-imperialista confirma más allá de lo esperado el completo acierto de los izquerdistas expulsados en sus ataques a la dirección derechista del partido. El lambertista se cuida muy bien, por otra parte, de no denunciar, aprovechando la ocasión, a toda la infiltración pro-imperialista dentro de la dirección del PT, por ejemplo Aloisio Mercadante —que acaba de ser aplaudido de pie en una reunión de banqueros en Nueva York— y al conjunto de la fracción mayoritaria, Articulación, que acaba de presentar un “Programa de Emergencia Económico”, que es una copia fiel de la “economía popular de mercado” del innombrable presidente argentino. El lambertista Markus no reclamó la expulsión de Erundina cuando, en su función de intendente, organizó en julio pasado una legión de rompe-huelgas para quebrar la huelga extraordinaria que estaban llevando a cabo los choferes del transporte de San Pablo.


La posición miserable del lambertismo en la presente crisis del PT nos dice que es altamente improbable que la izquierda que aún actúa en el PT sea capaz de ponerse a la altura de las circunstancias y romper masivamente con la dirección proimperialista, para sumarse a la formación de un Frente Revolucionario fuera del PT. Como consecuencia, precisamente, de estas insalvables limitaciones, corrientes como la lambertista han ingresado en una fase de desguace sin retorno, con sus mejores cuadros lanzados a reubicarse en la izquierda revolucionaria.