16/12/2004|881

La izquierda ya tiene su propia Fallujah


Varios muertos (entre ellos un bebé) y decenas de heridos y detenidos es el saldo del ataque perpetrado el miércoles 14 por las tropas de la ONU contra la barriada popular de Cité-Soleil, en Puerto Príncipe.


 


 El ataque fue desarrollado por aire, mar y tierra, con el concurso de blindados. Fue la mayor operación represiva llevada a cabo por las tropas de la ONU desde su llegada a la isla, en junio pasado, cuando reemplazaron a las tropas invasoras norteamericanas y francesas que habían derrocado al presidente Aristide. En el ataque participaron “efectivos militares brasileños, jordanos, de Sri-Lanka, la aviación militar chilena, así como también unidades policiales especiales jordanas y chinas” ( Le Monde , 15/12).


 


 El objetivo del operativo, según los propios voceros de la ONU, fue “retomar el control” de Cité-Soleil, una gigantesca villa miseria de un millón de habitantes que se ha convertido en un bastión de la resistencia contra el gobierno títere y las tropas de ocupación. Los ocupantes pretenden establecer un destacamento militar permanente dentro de Cité-Soleil. El ataque profundiza los operativos represivos de las últimas semanas, en los que decenas de partidarios de Aristide fueron asesinados y otros cientos fueron detenidos.


 


 Con su habitual hipocresía, los voceros de la ONU afirmaron que la masacre y la represión “permitirán retomar las operaciones de ayuda humanitaria” (ídem).


 


 “La intervención de la ONU sobrevino un día después de que el contingente internacional fuera violentamente criticado por el gobierno provisional haitiano por su pasividad” (ídem). El contingente de la ONU es una banda mercenaria al servicio del gobierno títere de los yanquis y el FMI.


 


 Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile han enviado sus tropas a reprimir al pueblo de Haití. El Frente Amplio de Uruguay acaba de votar el envío de 200 soldados más.


 


 Los centroizquierdistas y los “nacionales y populares” de América Latina ya tienen su propia Falluja.