La LCR pide la intervención del FMI

En referencia a la propuesta del acuerdo LCR-LO, de un desarrollo común entre la Europa capitalista y el Tercer Mundo, en enero de 1997 una resolución del Comité Ejecutivo Internacional al que pertenece la Liga planteaba: “6. Un vasto programa de reparaciones y de reconstrucción de Rwanda es indispensable. Debe estar a cargo del Banco Mundial, del FMI y de los gobiernos imperialistas cómplices del genocidio. Este programa debe estar completamente a cargo de estas instituciones y gobiernos. Se trata aquí de un pago por daños e intereses”.


Pero en el punto 8 se decía: “Exigimos que se pare el programa de ajuste estructural impuesto por el Banco Mundial y el FMI a Rwanda. Este programa constituye un obstáculo para la reconstrucción de Rwanda y aumenta su dependencia respecto de los países imperialistas” (Imprecorr Nº 411, marzo de 1997).


Este descomunal cambalache de ideas responde, con todo, a una lógica: es posible e incluso inevitable lograr que el imperialismo en algunas oportunidades no actúe como imperialismo. Es decir, que los políticos y las instituciones del imperialismo podrían ‘romper’ con la ‘lógica’ del imperialismo. Pero incluso si en lugar de programas de ‘ajuste’ se aplicaran programas de ‘reconstrucción’, como el plan Marshall en 1947-50, ¿no sería esto igualmente en beneficio del imperialismo? Además, ¿quién pagaría esa reconstrucción si no la masa de los contribuyentes formada por los trabajadores?


Un sector de la prensa norteamericana denunció la semana pasada que las ‘instituciones’ internacionales están condicionando la ayuda a los países que fueron afectados por el huracán Mitch, a la aplicación de ‘ajustes estructurales’. Las ‘instituciones’ en cuestión alegan que, de lo contrario, la ‘ayuda’ iría a los cofres de los corrompidos gobiernos de Honduras y Nicaragua (o, para el caso anterior, de Rwanda). Es lo que ha pasado recientemente en Rusia. ¿Qué hacer? Ajuste o robo. A este dilema se condenan los izquierdistas que cambiaron de campo, porque la salida no es el imperialismo ni los gobiernos nacionales sino la organización política independiente de las masas, que para eso deben lograr que sus organizaciones rompan con el imperialismo y con los gobiernos capitalistas nacionales.