Las rebeliones populares sacuden a China

La golpiza policial a una vendedora ambulante embarazada, de sólo 20 años de edad, en la región de Zengcheng, desató una rebelión popular en China. Las manifestaciones callejeras, que chocaron duramente con las fuerzas policiales, en algunos casos llegaron a controlar barrios enteros durante días. El Ejército debió ingresar con tanquetas y miles de agentes antidisturbios para controlar la situación. La joven golpeada es un caso testigo de los millones de campesinos migrantes que van a las ciudades en busca de trabajo. La “fábrica del mundo” ha creado un cuadro de descontento social de intensa magnitud. “Los trabajadores rurales migrantes son marginalizados en las ciudades, tratados meramente como mano de obra barata, no son absorbidos por las ciudades sino que, peor aún, son discriminados y atacados”, señaló un estudio del Consejo Estatal del Centro de Desarrollo e Investigación. “Si no es manejada correctamente, la situación creará una mayor amenaza de desestabilización”, agregó el informe.

Si bien China había sido sacudida antes por enormes huelgas obreras, en esta ocasión el gobierno debió enfrentar un levantamiento más general. “En el país hay miles de protestas todos los meses”, pero “disturbios de esta escala son poco comunes”, aseguró el corresponsal de la BBC. La expresión “hay miles de protestas todos los meses” tampoco es algo para tomar a la ligera. La similitud entre el inicio de la revolución en Túnez y las protestas en China (una golpiza policial a un vendedor ambulante) no es una simple casualidad.

Otro lugar donde se registraron protestas de un alcance inusitado fue la región autónoma de Mongolia; lo que ha sido presentado como un conflicto “étnico” entre mongoles y chinos Han -la etnia mayoritaria- encierra, en realidad, un convulsivo proceso producto de la expansión de los pulpos mineros en la región. La muerte de un pastor de ganado mongol, atropellado por un vehículo de una mina de carbón cuando protestaba contra la minera, provocó el levantamiento de la población que denuncia la destrucción de tierras o su expropiación a manos de los pulpos mineros, representados por personas de la etnia Han, que ha sido incentivada por el gobierno chino a asentarse en Mongolia Interior, expulsando a los mongoles de sus tierras.

En una fábrica de Guandong, un importante centro textil del país, los obreros fueron a la huelga luego de que un compañero de trabajo fuera apuñalado por matones de la patronal después de reclamar el pago de salarios retrasados.

A los bajos salarios, la falta de derechos sindicales y políticos, la arbitrariedad y prepotencia patronal y estatal, la expropiación ilegal de tierras, se suma también una creciente inflación que en mayo alcanzó un aumento del 5,5% en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que representa la mayor escalada inflacionaria en 34 meses. La inflación afecta especialmente a los alimentos, que han sufrido subas del orden del 11% en mayo y abril. “La inflación puede que no sea un factor inmediato para los incidentes pero es ciertamente una pólvora muy potente”, explicó Russel Leigh Mosses, un analista especializado en China. Esa “pólvora” amenaza, ni más ni menos, que con derrumbar al gigante asiático al que algunos otorgaban la única posibilidad de salida a la crisis mundial.