Libertad a Ocalam y al pueblo kurdo

El Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) que dirige Ocalam ha encabezado la resistencia contra el arrasamiento de más de 3 mil aldeas del Kurdistán y la matanza de decenas de miles de kurdos en los últimos 15 años por las tropas del ejército y del estado turco, que obran frente a los derechos culturales y nacionales kurdos, peor aún que lo que lo hace Milosevic con los albano-kosovares.


La detención solitaria de Ocalam en una cárcel de ‘máxima seguridad’ en una isla desierta, desde el operativo de su secuestro en Kenia, retrata la ‘humanidad’ del estado más oriental de la Otan, partícipe también de la agresión imperialista contra los Balcanes. Exactamente un mes atrás, cuando comenzaban los bombardeos contra Serbia, en ocasión del Newroz —el año nuevo kurdo— se desencadenaba en Turquía una feroz represión contra el pueblo kurdo y la izquierda turca (La Gauche de Bélgica, 26/3). Esa acción represiva alcanzó incluso al único partido prokurdo existente en Turquía, el Hadep, que actúa en las regiones del Kurdistán aceptando las ‘reglas de juego’ del estado opresor.


El domingo 18 de abril tuvieron lugar en Turquía elecciones nacionales que el régimen genocida, dirigido por el primer ministro socialdemócrata, Ecevit, pretendió explotar, subido en una ola chauvinista por la detención de Ocalam. Aunque el DSP de Ecevit pudo ‘festejar’ porque alcanzó el 22% de los votos contra el 14,6% de las elecciones de diciembre de 1995, los principales partidos tradicionales turcos cayeron de conjunto, recogiendo sólo el 56,3% de los votos contra el 64,1% en 1995. “Sólo el partido kurdo Hadep puede vanagloriarse de haber mejorado su posición. Si bien una vez más fracasó en superar el umbral nacional (constitucionalmente ningún partido que obtenga menos del 10% de los votos a escala nacional puede integrar el parlamento), controlará los gobiernos locales del sudeste turco (la región del Kurdistán bajo ese dominio)” (Global Economic Forum, del Morgan Stanley, 22/4).


Es la situación de auge de la lucha por la emancipación del pueblo kurdo, especialmente en la región del Kurdistán colonizada por los turcos, lo que explica que incluso los políticos pro-Otan de este país “se muestren nerviosos ante la iniciativa norteamericana de patrocinar una zona de autonomía kurda dentro de Irak” (William Pfaff, del International Herald Tribune, en La Nación, 11/4). Una iniciativa de cuño abiertamente reaccionario dirigida a dividir al pueblo kurdo, sojuzgado por cuatro estados diferentes, y a descongestionar uno de “esos problemas terribles que la historia —del capitalismo, omite decir el hombre— plantea sin proponer una solución…” (ídem).


La solución al problema kurdo está en manos del proletariado y los explotados del mundo entero, hoy también, en la lucha por la derrota de la ofensiva imperialista en los Balcanes, por el combate común de los pueblos oprimidos de los Balcanes y el Medio Oriente contra el yugo del capital financiero, por la liquidación de todos los odios y opresiones nacionales, tales como la de los pueblos kurdo, palestino, albano-kosovar, en el cuadro de la lucha por la unidad socialista de los Balcanes, del Medio Oriente y de la humanidad toda.


Hay que redoblar la campaña por la libertad de Ocalam.