Internacionales
25/3/1999|619
Libertad a Ocalam
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Dijimos, ni bien se produjo el secuestro del líder nacionalista kurdo, Aldullah Ocalam, que el operativo imperialista-turco-sionista venía a pavimentar un ‘arreglo’ contrarrevolucionario de la cuestión kurda, a imagen y semejanza de los acuerdos de Oslo para Palestina.
Junto a esta última, la kurda es la opresión nacional más extendida del Cercano Oriente, que afecta a cuatro países surgidos de fronteras artificialmente impuestas por el imperialismo durante la primera parte de este siglo. La región del Kurdistán bajo dominio turco es la más poblada y oprimida. Allí tiene asiento, fundamentalmente, el PKK-Partido de los Trabajadores Kurdos- de Ocalam. A expensas del PKK y en defensa del estratégico miembro más ‘oriental’ de la Otan, Turquía, el imperialismo mundial ha inficionado a los movimientos del Kurdistán bajo dominio iraquí. Estos han sido transformados en ‘’peones’ imperialistas, con lo que los yankis no sólo apuntan a una ‘solución’ reaccionaria al problema kurdo sino al reforzamiento semicolonial de toda la región, que traería aparejado una nueva división artificial de sus fronteras, mediante una eventual ‘partición’ o ‘autonomía’ del Kurdistán sojuzgado por Saddam Hussein. Después de servirse durante décadas del dictador y de la ‘unidad iraquí’ para el aplastamiento de reiteradas revueltas kurdas y de la revolución iraní, a fines de los ‘70, los yankis ahora echa mano a este recurso frente al agotamiento del régimen de Saddam Hussein. “La política de los partidos kurdos iraquíes limita sus demandas a una autonomía de los kurdos dentro de las fronteras de los territorios nacionales de Turquía, Iraq y Siria”, informó el Financial Times (17/2), después que los partidos Unión Patriótica (PUK) y por un Kurdistán Democrático (KDP) sellaron un acuerdo, en septiembre de 1998, “apadrinado por los EE.UU. y firmado en Washington” (ídem).
Hay que arrancar de las siniestras cárceles turcas a Ocalam y a los miles y miles de luchadores nacionalistas, para terminar con la opresión nacional en todo el Kurdistán, por el derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo, para terminar con el yugo semicolonial en todo el Cercano Oriente.