Los amigos de Solanas y Borón respaldan a Yeltsin y la opresión del pueblo checheno

En su edición del 23 de febrero, Propuesta —semanario del PC argentino— “saluda” la realización del III Congreso del PC de la Federación Rusa, en el que dice haber encontrado “comunistas que no traicionan sus ideales”. Es probable que en Rusia existan “comunistas que no traicionan” pero, con absoluta seguridad, no será posible encontrarlos en el PC de la Federación Rusa, poblado de los despojos de la vieja y reprodrida burocracia stalinista, cuya dictadura enterró la Revolución de Octubre y llevó a la desintegración de la URSS y a la restauración capitalista.


La “deliberación de los comunistas” tuvo lugar entre el 21 y el 22 de enero, cuando en Grozny, capital de Chechenia, se desarrollaban combates de envergadura y cuando la población civil era masacrada por la artillería, la aviación y los tanques rusos. Nada tiene de extraño, entonces, que se registraran en el congreso “intensos debates en torno a Chechenia” y hasta hubiera, como dice el PC argentino con un lenguaje intencionadamente oscuro, “numerosos matices”. Lo que importa, sin embargo, no son los matices sino las conclusiones: el congreso del PCFR —que no denuncia en ningún momento la masacre de la población chechena por las tropas del Kremlin— se pronuncia “por la unidad de la Federación Rusa”, o lo que es lo mismo, respalda la opresión nacional de la burocracia de Moscú sobre el pueblo checheno. El contenido social de esta opresión, que el PCFR y el PC argentino respaldan, y de la invasión que pretende mantenerla, es enteramente proimperialista: la burocracia de Yeltsin invadió Chechenia para capturar los oleoductos y gasoductos que atraviesan el Cáucaso y, con ellos en su poder, asociarse con el gran capital financiero en la explotación del petróleo del Cáucaso y del Mar Negro. El PC argentino “saluda” al PCFR pasando por alto que el PCFR se ha convertido en un agente de la política imperialista en Chechenia —y no sólo allí.


El programa que aprobó el congreso que “saludan” los amigos de Solanas y de Borón plantea “la unidad de Rusia”, la promoción del “Estado ruso como potencia independiente y soberana” y “la defensa de los intereses nacionales y estatales de Rusia”: el programa del PCFR es el de la reacción chauvinista gran-rusa, el mismo que levantan el fascista Zhirinovski, el alto mando militar ruso y fracciones enteras del propio entorno de Yeltsin.


El programa pone al descubierto que la burocracia ya no puede presentar —como lo hacía en el pasado— la defensa de sus intereses sociales bajo la cubierta de la “defensa del socialismo” , y se ve obligada a hacerlo en nombre de sus “intereses nacionales y estatales”, haciendo abstracción del hecho de que el “estado” cuyos intereses defiende, ha dejado de ser un Estado obrero, que los medios de producción —antiguamente colectivizados— han sido privatizados en beneficio de las camarillas de los burócratas “comunistas” y que el régimen político del “estado ruso” es un régimen conscientemente restauracionista. Al presentar la defensa y la promoción de sus intereses sociales en el cuadro de un Estado restauracionista, el PCFR revela la completa conversión social de su base, la burocracia stalinista, que se ha apropiado de las fábricas privatizadas —nada menos que el 80% de todas las que había en la “vieja Rusia”.


La cuestión de la restauración capitalista en todo el territorio de la ex URSS es presentada por el PC argentino, apenas, como un “debate sobre la propiedad”. Piadosamente, el PC argentino pasa por alto, nada menos, que el PCFR votó con las dos manos el presupuesto presentado por Yeltsin —que establece las privatizaciones y consagra las exigencias e imposiciones del FMI respecto de la “liberalización de las exportaciones”, el “corte de los subsidios” y la “austeridad monetaria”. El PCFR, y el PC argentino, que vendieron durante años primero una imagen “gorbachoviana” y luego otra “anti-gorbachoviana”, han revelado ahora su apoyo incondicional a Yeltsin, es decir, al hombre del imperialismo en Rusia.


Propuesta informa que del congreso del PCFR participaron “42 delegaciones de partidos comunistas, socialistas y fuerzas progresistas y liberadoras de 37 países de Africa, Asia, América y Europa”. Se trata tanto de un indisimulable intento de reconstruir el desaparecido “movimiento comunista internacional” , sobre la base del apoyo a la restauración capitalista y del aplastamiento de los trabajadores y los pueblos de Rusia —es decir, sobre la base del más puro stalinismo— y, también, del reflotamiento de las viejas relaciones financieras entre las camarillas burocráticas, todas ellas “reconvertidas” al capitalismo.