Los campesinos fogonean la huelga general

Desde el 1º de abril Bolivia está sacudida por una nueva huelga general indefinida. Los reclamos de la Central Obrera, en lo fundamental, se concentran en un pliego salarial, en la derogación de la ‘reforma educativa’ y, sobre todo, en el rechazo a los planes norteamericanos para erradicar los plantíos de cocales. El gobierno quiere recortar en un 40% el ‘subsidio’ que paga por hectárea erradicada.


El movimiento se instaló fuertemente en las zonas rurales y concitó una enorme simpatía en las ciudades. “Los potosinos —por ejemplo— no solo toleran el cerco y la inactividad ocasionada por una huelga indefinida declarada por el comité cívico, sino que hasta respaldan a los campesinos … gran parte de la población expresa su solidaridad mediante donaciones. El bloqueo (de carreteras) se extiende en Cochabamba y Chuquisaca”(Presencia, 5/4). Las movilizaciones callejeras en las principales ciudades y los cortes de ruta chocaron con la movilización de miles de efectivos policiales y militares. Se provocó así “la muerte de siete personas, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, especialmente campesinos” (El Diario de La Paz, 12/4). La zona ‘cocalera’ del Chapare, en el departamento de Cochabamba, fue puesta bajo control militar y hay 19 campesinos”desaparecidos” (ídem). En esta región “los cocaleros amenazaron con ocupar campos petroleros y plantas de energía eléctrica” (Presencia, 5/4). En este cuadro el gobierno ha sufrido “un deterioro inmediato” y su “peor crisis” (ídem). Pero la dirección de la COB sigue aferrada a la ‘negociación’ con el gobierno, mientras posa frente a las masas de ‘combativa’. Aunque formalmente ha llamado a reforzar las medidas de fuerza, no le ha dado al movimiento un alcance como el que requiere —entre los fabriles y mineros y en los servicios privatizados no tiene prácticamente expresión. Según informa El Diario, la Confederación de Maestros urbanos acaba de firmar un ‘preacuerdo’ con el gobierno para levantar la huelga. El magisterio urbano y rural constituye el sector donde la huelga se ha expresado más vigorosamente. La Federación de Maestros de La Paz, cuya dirigente Vilma Plata, del POR, ha sido nuevamente detenida como ocurrió en 1997, ha llamado a repudiar ese ‘preacuerdo’.


Exigimos la libertad de los compañeros detenidos y la aparición con vida de los secuetrados para respaldar el movimiento de lucha.

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