Los ‘cascos azules’ pedófilos

Acaba de salir a la luz  que los “abusos sexuales” y las “atrocidades y actos bárbaros contra adolescentes” (La Nación, 5 y 6/12) de las legiones ‘fascistizantes’ de los Milosevic, son un ‘poroto’ al lado de los practicados por las ‘civilizadas’ y ‘democráticas’ “misiones de paz” de las Naciones Unidas (ONU). Los “cascos azules” han sido acusados de ejercerlos masivamente en Mozambique, Ruanda, Somalia, Camboya, Angola, Bosnia y Croacia. En un informe que “ni la ONU como tal ni Unicef (la organización mundial que se ocupa de la niñez) han facilitado” (El País, 5/12), así como tampoco “el número de soldados implicados o su nacionalidad” (ídem), se acusa “de turbios manejos (a las tropas de la ONU) en las zonas sobre las que han sido desplegadas (y) son ahora objeto de una demoledora crítica por la propia organización” (ídem). El informe se conoció “el pasado mes de marzo” (ídem), pero recién trascendió ahora.


“Tras la firma del tratado de paz en 1992, los soldados de la Operación de las Naciones Unidas en Mozambique, reclutaron niñas de entre 12 y 18 años para que sirvieran de prostitutas”; en Camboya, tras “la llegada de un numeroso grupo de empleados de las Naciones Unidas, se había registrado un considerable aumento de prostitutas en la capital, Phnom Penh, que pasaron de las 6 mil que había en 1991 a 20 mil en 1993”; en Angola, se cita el caso de un “centro de rehabilitación” donde niñas fueron víctimas “de reiteradas violaciones… el informe está plagado de ‘este tipo de atrocidades y actos bárbaros que producen vómitos’ (dice ahora una funcionaria)” (ídem).


La denuncia pone el dedo acusador sobre Unicef, el mistificador ente defensor de la niñez, dirigido no casualmente desde la ‘beatífica’ Bruselas en Bélgica, conmovida recientemente por el sonado caso de pedofilia. Son los grandes centros imperialistas mundiales los responsables de estas atrocidades.


 

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