Los gráficos de Detroit cumplen 20 meses de huelga

Después de 19 meses de una huelga durísima, la dirección de la AFL-CIO accedió al repetido reclamo de los huelguistas despedidos de los dos principales diarios de Detroit y convocó a una marcha nacional de apoyo, que tendrá lugar en junio.


La convocatoria a la marcha nacional es una gran victoria política para los activistas sindicales de base, que sostuvieron la huelga durante un año y medio.


La huelga de los trabajadores de prensa de Detroit comenzó cuando las patronales de los dos principales diarios de la ciudad (Detroit News y Detroit Free Press) se negaron a discutir la renovación del convenio colectivo. Los dos diarios pertenecen al mismo grupo empresario, el mayor emporio de la prensa escrita en Estados Unidos, que además posee el diario nacional USA Today y una agencia de noticias.


La patronal contrató carneros para mantener la producción, y la gran batalla de los huelguistas durante las primeras semanas de la lucha fue la formación de piquetes de masas para bloquear la salida de las publicaciones de las plantas de impresión. Estos piquetes fueron apoyados por un vasto movimiento de solidaridad del activismo sindical de la ciudad. En las puertas de las plantas, estos piquetes de huelguistas y activistas sindicales movilizados en su apoyo, libraron verdaderas batallas campales contra la policía local y la guardia privada de la empresa.


Otro frente de batalla fue la campaña por el boicot. Según los huelguistas, más de 700.000 lectores dejaron de comprar los dos diarios como resultado de la vasta campaña que desarrollaron los huelguistas y los comités de solidaridad que fueron surgiendo a lo largo de la huelga. También 1.300 compañías dejaron de publicar sus avisos en los diarios de Detroit, en gran parte por temor a convertirse ellas mismas en blancos de un boicot a sus productos por parte de los huelguistas. Según los huelguistas, las pérdidas de la patronal alcanzan a 250 millones de dólares. El próximo objetivo de la campaña de boicot es el diario USA Today, de circulación nacional.


El peso de una huelga tan larga y sacrificada recayó por entero en los trabajadores despedidos, en los sindicatos locales y en los activistas de la ciudad.


Efectivamente, las direcciones nacionales de los seis sindicatos implicados en el conflicto siguieron una política de derrota de la huelga. La burocracia se comprometió “a respetar y hacer respetar” la resolución gubernamental que prohibió a los huelguistas bloquear las puertas de las plantas de impresión para impedir la circulación de los diarios. Esto fue vivamente criticado por los huelguistas.


Durante estos 19 meses, las burocracias nacionales de los seis sindicatos implicados, así como también la de la AFL-CIO, se negaron a convocar medidas de solidaridad del movimiento sindical, como la marcha nacional que reclamaban insistentemente los huelguistas.


Finalmente, en febrero, los sindicatos nacionales ofrecieron a la patronal volver al trabajo sin ninguna condición. Esta resolución, que consagraba la derrota de la huelga, fue tomada sin consultar a los sindicatos locales y a los mismos huelguistas, que la rechazaron vivamente. “No nos rendimos”, declaró el presidente de la coordinadora de sindicatos en huelga de Detroit.


Cebada por la política de la burocracia, la patronal se negó a aceptar la oferta de “retorno incondicional al trabajo” y a reincorporar a los huelguistas. Esto convirtió a la huelga en un lock-out patronal. La nueva “figura legal” que encuadra el conflicto puede costarle a la patronal un cuarto de millón de dólares diarios (el monto de los salarios no pagados a los trabajadores que deben ser reincorporados) y obligar a las cortes a dictar la reincorporación compulsiva de los trabajadores.


En este cuadro, la convocatoria de la marcha nacional sobre Detroit les da una fuerza renovada a los huelguistas que, gracias a su energía, su determinación y su combatividad, han sostenido durante 19 meses una medida que ya ha entrado en la rica historia de grandes huelgas del movimiento obrero norteamericano.