Los regímenes árabes capitulan

Hace pocos meses, en una gira por Medio Oriente, el vicepresidente norteamericano Cheney recogió una posición aparentemente unánime: los países árabes se oponían a la intervención militar norteamericana en Irak. La realidad es que hoy la mayoría de los regímenes árabes están cooperando activamente con los preparativos militares norteamericanos.


En Washington, el canciller de Jordania declaró que su país tiene “una relación estratégica, política y económica con los Estados Unidos y, por cierto, no la va a arriesgar” (The Washington Post, 24/9). Lo mismo dijo el canciller de Qatar.


Pero el apoyo de los países árabes a los Estados Unidos no se manifiesta en las palabras (al menos en las públicas) sino en los hechos: “Armas y equipos están derramándose sobre Kuwait, donde Estados Unidos tiene una base de avanzada para abastecer a tres batallones con tanques, helicópteros de asalto y otros equipos. Tropas británicas están realizando maniobras en Oman, donde Estados Unidos está construyendo un aeropuerto. Bahrein es sede de la Vª Flota norteamericana (…) Arabia Saudita revirtió su posición y permitirá que las instalaciones norteamericanas en su suelo sean utilizadas en una guerra (…) El Comando Central norteamericano será trasladado de Florida a Qatar en noviembre” (ídem).


Mientras las “monarquías petroleras” del Golfo apoyan activamente los preparativos militares norteamericanos, Egipto y Siria “eligieron la evasión como el mejor curso de acción”… pero no se privaron de sumarse al coro de los que le exigen a Irak la entrada incondicional de los inspectores.


Hasta Irán, catalogado como integrante del “eje del mal”, también interviene activamente en los preparativos político-militares contra Irak. “Voces influyentes están comenzando a sugerir que la República Islámica (de Irán) podría beneficiarse de un cambio de régimen en Irak y podría unirse al esfuerzo internacional para derrocar a Saddam (…) El conservador Akbar Rafsanjani, ex presidente, estaría dispuesto a asegurar la cooperación de Irán en el derrocamiento de Saddam como parte de un acuerdo más amplio con el gobierno de Bush (…) El interés de los conservadores en llegar a un arreglo con los Estados Unidos es compartido por los reformistas aliados al presidente Khatami” (Financial Times, 11/9). Irán apoya a los partidos kurdos y shiítas (la rama musulmana predominante en Irán y en el sur de Irak) opuestos a Saddam, lo que le daría “una voz en el futuro gobierno” iraquí (ídem)… y en los negocios que éste arme con los norteamericanos.