Lutte Ouvrière

La primera obligación de una corriente de izquierda, en particular de una que milita en una metrópoli imperialista, es apoyar en forma incondicional el levantamiento nacional que se desarrolla en Irak.


Pero esto no parece evidente para todos. La organización francesa Lutte Ouvrière no se pronuncia por la victoria de la Intifada iraquí; al contrario, advierte que “las provocaciones de Bush sirven como trampolín a los integristas” (Lutte Ouvrière, 16/4). Anticipa, incluso, que “el pueblo iraquí pagará muy caro” el fortalecimiento de los “fundamentalistas”.


Se trata de un punto de vista muy escuchado, pero en los círculos del imperialismo: “Las torturas favorecen a Al Qaeda”, editorializa Antony Cordesman, antiguo especialista de inteligencia del Ministerio de Defensa británico y actual cabeza del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en Financial Times (11/5).


Lutte Ouvrière, en definitiva, critica a Bush por haber fracasado en imponer la “democracia” en Irak y haber desestabilizado Medio Oriente.


En estos momentos, también el imperialismo francés, en nombre de la “lucha contra el fundamentalismo” y de la “defensa del laicismo”, ha desatado una campaña contra la población y los inmigrantes de origen árabe y musulmán, para dividir a la clase obrera francesa.