Manifiesto de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional

¡Abajo la Unión Europea imperialista de austeridad, desempleo, racismo y canibalismo social!
 ¡Abajo los gobiernos de Merkel, Monti, Samaras, Rajoy, y todos los gobiernos capitalistas!
 ¡Todo el poder a los trabajadores!
 ¡Por gobiernos de trabajadores y los Estados Unidos Socialistas de Europa!

Resolución del Secretariado Internacional de la CRCI

La Unión Europea y su zona euro se han convertido en el epicentro de la peor crisis capitalista mundial en la historia, que estalló hace más de cinco años, partiendo del propio centro del sistema mundial, los Estados Unidos.


El desbarranque del sistema financiero mundial, tras el colapso de Lehman Brothers, la caída de todo el mundo en una Gran Depresión, la intervención sin precedentes, pero infructuosa, por parte de todos los gobiernos y los bancos centrales inyectando cantidades gigantescas de liquidez para salvar a los bancos, llevó al estallido de la crisis de la deuda soberana europea, rompiendo en primer lugar el eslabón más débil, Grecia, y ahora expandiéndose y amenazando con desintegrar toda la zona euro y la misma UE.


Una serie interminable de cumbres de la UE y de paquetes relacionados con los memorandos de feroces medidas antipopulares han fracasado totalmente, no sólo para poner fin a la "tragedia griega", sino para evitar el tan temido "contagio" para el sur de Europa sino también golpeando el núcleo duro de la UE, Francia y Alemania. Después de Grecia, Irlanda, Portugal, ahora España e Italia, la cuarta y tercera más fuertes potencias económicas de Europa continental, se encuentran al borde de caer en el mismo abismo con consecuencias incalculables para toda la economía europea y mundial.


La economía de la UE, incluida su potencia industrial, Alemania, ha entrado en una recesión, que se agravó en 2013.


Derrumbe industrial en Europa


"Cuando la marea baja, se ve quien nadaba desnudo". El fin de la ‘burbuja' financiera y la retracción internacional del crédito, dejó en evidencia el núcleo fundamental de la bancarrota capitalista: la sobreproducción de capitales y de mercancías. Es lo que ocurre en Italia y Francia, donde las industrias del automóvil, el acero, la construcción y varias otras, se han visto obligadas a cerrar plantas, despedir obreros en forma masiva y poner inclusive un interrogante sobre la continuidad de varios pulpos internacionales. Fiat y su ‘indotto', en Italia, Peugeot, Arcelor Mittal, en Francia, enfrentan una situación límite, que plantea la reorganización completa del medio siglo de desarrollo industrial. En Francia, sólo durante los últimos tres años cerraron sus puertas 900 fábricas. El peso del sector industrial en el Producto Bruto se redujo del 25 al 13 por ciento. La nacionalización de la industria se ha convertido en el eje del debate nacional, que para el capital y el gobierno Hollande constituye una maniobra para rescatar a los pulpos. La prensa gala reclama proceder como lo hizo Obama con GM y AIG: inyectar fondos en forma masiva en las empresas en quiebra, para producir una reducción de personal en gran escala y reducir los salarios. La CRCI llama a toda la vanguardia de la clase obrera de Francia e Italia a lanzar una campaña por la expropiación sin pago de los pulpos de la industria y a preparar las condiciones para una ocupación general de empresas en función de este objetivo. Las ilusiones ‘keynesianas' desparramadas por el ‘socialismo' francés se han fundido como nieve bajo el sol, ante la evidencia de que agravarían la crisis mundial de sobreproducción y llevarían a una guerra comercial sin precedentes. De un modo inverso, un artículo reciente de Wolfgang Münchau, un destacado columnista del Financial Times, advierte que la cura de austeridad impuesta por Monti, amenaza llevar a Italia a un desintegración económica completa. ¡Para Münchau, un retiro de Italia del euro sería un ‘mal menor'!


El proyecto de "unión bancaria", dar una salida unificada a la crisis financiera de Europa, ha abierto un nuevo frente de crisis. El presidente del Banco de Francia han anunciado la intención de desplazar la centralidad del mercado financiero de Londres, y el inglés Camerón ha amenazado con sacar a Gran Bretaña de la UE. Por otro lado, la intención de que el BCE se convierta en la autoridad única para decidir en casos de crisis bancarias ha naufragado, ante la resistencia de los bancos centrales nacionales. Se vuelve a demostrar que la tentativa de resolver en términos capitalistas la gran cuestión histórica de la unidad de Europa, es "una utopía reaccionaria". Grecia ha sido forzada a recomprar deuda pública, que se encuentra en manos, por sobre todo, de los bancos griegos, con un beneficio del 200%, según el Financial Times, para los tenedores privados.


Fuerzas centrifugas y centrípetas sociales, políticas, financieras, económicas, fiscales, monetarias, tendencias contradictorias de desintegración y de integración están destruyendo el proyecto inicial de la UE. Cada movimiento para promover una mayor integración, como la banca o la unión fiscal para hacer frente a los desastrosos efectos de la fragmentación financiera y los desequilibrios entre los miembros del Estado, produce más desintegración. Exacerba todos los antagonismos nacionales e imperialistas: entre Alemania y el bloque del Norte con los países del sur de Europa, entre Alemania y Francia, entre Gran Bretaña y todas las potencias continentales europeas etc. Se intensifica el proceso de desintegración.


El papel hegemónico de Alemania, y su intento de imponer un salvaje Ordo-Liberalismus sobre una "Europa alemana" integrada que domine una serie de protectorados de la UE sin ningún rastro de soberanía económica, choca con intereses antagónicos nacionales imperialistas, con poderosas resistencias obreras y populares, así como con las limitaciones históricas del capitalismo alemán en sí mismo. Alemania es más poderosa que cualquier otro país europeo, pero más débil que el resto de los países europeos juntos. Su economía de exportación está gravemente afectada por la contracción de la demanda en el mercado europeo y en el mundo, incluida China. Una ruptura de la zona euro o el retorno a un marco alemán tendrá efectos desastrosos para el capitalismo alemán.


Más de veinte años después de la implosión de la Unión Soviética y el giro a la restauración capitalista en Europa del Este, así como en China, asistimos a la desintegración del bloque imperialista que los capitalistas europeos han creado, en torno al eje franco-alemán, sobre la base del Tratado de Maastricht y el lanzamiento de una moneda común, por la "integración" de los ex estados obreros en el capitalismo mundial. Mientras esperaban una salida para el capitalismo en declinación, un nuevo capítulo de la crisis del capitalismo mundial ha sido abierto.


China


El ‘estímulo' fiscal gigantesco que aplicó China en 2008 – un 25% del PBI – no solamente se ha agotado como factor de reactivación, por sobre todo ha acentuado la sobrecapacidad industrial del país y generado una especulación inmobiliaria del tamaño y características de la ‘burbuja' que produjo la crisis de hipotecas en Estados Unidos. La crisis industrial en Europa está ligada a la retracción de la demanda china, que se manifiesta también en la importación de minerales, lo cual ha golpeado muy fuerte a Brasil. China se encuentra bajo la presión de una gran crisis social, esto como consecuencia de la transición de la economía agraria a la industrial, con los métodos de la expropiación de campesinos y la explotación de los trabajadores sin ninguna clase de protección legal. La lucha de los trabajadores recorre toda su extensa geografía; se va formando, con ritmos diferentes, un movimiento obrero independiente del Estado y de la burocracia. La experiencia de la Comuna de Wukan, que resistió las expropiaciones campesinas y el asedio policial, para terminar imponiendo una elección relativamente libre de autoridades, es una metáfora de la tendencia a la revolución política y social en China.


La CRCI subraya la importancia de las reivindicaciones laborales en China; destaca la necesidad de combatir la expropiación de los campesinos mediante métodos de revolución política que derroquen a las autoridades locales e implanten comunas populares; y llama a apoyar la formación de un movimiento obrero independiente mediante una fuerte movilización de solidaridad internacional.


Medio Oriente


En las puertas de Europa e interactuando con su propia crisis está la crisis en el mundo árabe.


En Egipto el levantamiento reciente contra el intento del gobierno de Morsi de imponer una Constitución reaccionaria, redactada por una ‘Constituyente' restringida y reaccionaria, ha abierto una nueva etapa de la revolución, que deja al desnudo las limitaciones del islamismo para controlar a las masas. Se trata de un dato explosivo, pues los Hermanos Musulmanes aparecen como la viga maestra en todos los movimientos de resistencia, choques, crisis y guerras civiles en el mundo árabe. Los Hermanos Musulmanes han armado, en Egipto, un gobierno de compromiso con el andamiaje de Mubarak, cuentan con el apoyo de la clase capitalista y se han convertido en instrumento del imperialismo. En el país que constituyó el punto de partida de la revolución árabe, Túnez, se extiende ahora también la protesta obrera contra el gobierno provisional islamista del Partido Ennahda. El acuerdo de los HM con el FMI, para retirar los subsidios al consumo y dirigir los recursos del Estado hacia la burguesía local, ha convertido a la crisis económica en explosiva, al punto que el gobierno se ha visto obligado a postergar su aplicación por algunas semanas, ante el peligro de una insurrección nacional.


La CRCI apoya la lucha del pueblo de Egipto por la convocatoria de una Asamblea Constituyente libre y soberana; destacamos la importancia de la clase obrera en la revolución egipcia y concluimos que la victoria de la revolución democrática solamente será posible, en un proceso de revolución permanente, por medio de un gobierno obrero apoyado por los pobres de las ciudades y campesinos.


La CRCI llama a las masas populares de la región, así como a la clase obrera en los países imperialistas de Europa y América para oponerse inflexiblemente a las intervenciones político-militares de los Estados Unidos, la UE y el imperialismo sionista, Turquía, Arabia Saudita y Qatar para copar el levantamiento popular en Siria. Hacemos un llamado a un movimiento popular revolucionario en contra de la tiranía Assad, políticamente independiente del imperialismo y la reacción local. Hacemos un llamamiento para una lucha contra todos los intentos reaccionarios de profundizar las divisiones étnicas y sectarias, en particular la división entre sunitas y chiitas, así como contra los preparativos de una guerra sionista de agresión imperialista contra Irán. Nosotros luchamos para derrotar a todas estas intervenciones y maquinaciones, cuyo objetivo es restablecer el control imperialista en el Medio Oriente por medio de la derrota de la revolución árabe en curso.


La CRCI condena la nueva agresión sionista contra el pueblo palestino en Gaza, que se encuentra bajo un asedio constante, y rinde homenaje a la valiente resistencia de los combatientes palestinos. Como todo el marco geopolítico, político y social en el Oriente Medio ha cambiado dramáticamente con el estallido de la primavera árabe revolucionario, el aislado Estado sionista ha quedado sumido en una profunda crisis. La extensión de los nuevos asentamientos sionistas en Cisjordania y Jerusalén Oriental decidido por el régimen de Netanyahu no es un acto de consolidación, sino una fuga hacia delante, presa del pánico. Sin embargo, demuestra la imposibilidad de la llamada "solución de dos estados", y reivindica la única salida progresiva de esta trampa sangrienta tanto para los palestinos como para los Judíos: la necesidad histórica de una Palestina unida, laica, socialista, donde se garantice el derecho de regresar a sus hogares de todos los refugiados palestinos y donde tanto las poblaciones palestinas árabes como judías puedan vivir juntos en paz e igualdad.


Ahora más que nunca está vigente la tarea de luchar por el establecimiento de una Federación Socialista de los pueblos de Medio Oriente, que incluya el pueblo kurdo, con plena garantía de su derecho a la autodeterminación nacional.


América Latina


America Latina y sus gobiernos nacionalistas no representan un "modelo alternativo" para evitar la crisis ni una salida a esta. América Latina no ha quedado al margen de la crisis mundial, como se puso de manifiesto en las recesiones de 2008/9; sus gobiernos (México, Brasil, Perú) tuvieron que ser rescatados por la Reserva Federal, o por el Banco de China (en el caso de Argentina). Después de este rescate, en América Latina, al igual que en otras regiones de la periferia capitalista, la crisis capitalista se manifiesta de un modo contradictorio, porque al contrario de lo que ocurriera en la crisis del 30, en lugar de una crisis agraria atraviesa por un ‘boa' de precios y exportaciones de materias primas. Es la consecuencia de la aparición de China en el mercado mundial y del uso de las materias primas de la agricultura para producir biocombustibles con subsidios estatales. La enorme renta del suelo generada por este proceso, no ha servido, sin embargo, para la industrialización local, sino para salir al rescate del capital quebrado en las metrópolis, mediante la fuga de capitales. Por otro lado, ha dejado expuesta a la producción industrial a la competencia extranjera: en todos lados ha caído la participación de la industria en el PBI. En definitiva, bajo la forma transitoria de un incremento de la producción global y del comercio, se ha acentuado el parasitismo de las economías subdesarrolladas. Las burguesías nacionales han literalmente despilfarrado las posibilidades que les ofrecía la crisis mundial para desenvolver las fuerzas productivas internas; para ello habrían debido, como primer paso, nacionalizar la banca y el comercio exterior, e impulsar una revolución agraria y la unidad de América Latina. No crece la inversión, y el consumo es motorizado por una creciente hipoteca sobre las familias. El Mercosur ha retrocedido; la inflación en dólares ha crecido como consecuencia del impacto de la emisión monetaria de la Reserva Federal y la devaluación del dólar. Han fracasado los dos principales proyectos de integración -el gasoducto continental y el Banco del Sur. Los primeros síntomas de recesión de la demanda de China van configurando las condiciones de una nueva crisis financiera.


El ciclo de los gobiernos nacionalistas latinoamericanos se agota. Se suceden las huelgas y rebeliones juveniles en lo largo de la América Latina. La reciente huelga general en Argentina, da cuenta de un proceso de ruptura de clase obrera con el gobierno kirchnerista. El juzgamiento por corrupción del PT de Brasil es la última loza sobre un partido que ha llevado a Brasil al mayor entrelazamiento con el capital financiero internacional. Los límites de los llamados partidos de trabajadores (partidos obreros centristas), como el caso del PT, han quedado al desnudo hace mucho tiempo, como vía de independencia de clase, y ha puesto de manifiesto su rol confusionista y contrarrevoluconario. La CRCI declara que la unidad de América Latina solamente será posible mediante la revolución social. Llamamos a oponer al nacionalismo burgués la independencia política del proletariado mediante la fusión de la izquierda revolucionaria y el movimiento obrero que se emancipa de la burocracia sindical. El ascenso del Frente de Izquierda y de los Trabajadores en Argentina demuestra la posibilidad que tiene la izquierda revolucionaria de penetrar en las masas, incluso en los eventos electorales. No se trata, sin embargo, solamente de una táctica frentista: es la consecuencia y el desarrollo sistemático de una política de construcción de un partido revolucionario por parte del Partido Obrero de Argentina.


Crisis y crisis de poder


El proceso de desintegración de la Unión Europea ha refutado el mito de un "ultra-imperialismo" europeo que supere a los Estados nacionales y sus fronteras. Por el contrario, los estados nacionales europeos están en conflicto entre sí, y algunos de ellos enfrentan tendencias centrífugas nacionalistas y separatistas, desde Escocia hasta el País Vasco y Cataluña, donde se encuentran sin resolver los problemas históricos y demandas legítimas del derecho por la autodeterminación nacional.


La Unión Europea, el instrumento del imperialismo europeo y del gran capital, no puede ser "reformada" o convertirse en una "Europa social" para beneficio de los trabajadores europeos y los pueblos. Tiene que ser destruido antes de que se nos entierre bajo las ruinas de su quiebra. Al romper la prisión de la UE, la solución no es volver a la camisa de fuerza de la quiebra del Estado nacional capitalista, sino luchar por una perspectiva internacionalista alternativa: la lucha común con todos los trabajadores europeos y los oprimidos de la unificación socialista del continente, los Estados Unidos Socialistas de Europa, incluida Rusia.


La Unión Europea se está muriendo en un callejón sin salida. El círculo vicioso de deuda -austeridad- recesión produce ejércitos de millones de desempleados, mientras que el resto de la población se encuentra bajo las formas más explotadoras de trabajo precario en condiciones de cuasi-esclavitud. El paisaje social europeo está devastado. La generación joven esta condenada a un desempleo permanente. La salud y la educación están cayendo en ruinas. Hay incontables desalojos (de viviendas compradas con préstamos durante la burbuja especulativa de bienes raíces) que producen una gran cantidad de sin techo y nuevos pobres. La austeridad draconiana y la precariedad laboral golpean salvajemente a los salarios y las pensiones. La represión estatal se intensifica. El acoso racista a los inmigrantes y las minorías se hace más y más brutal. Las bandas fascistas proliferan. Las tropas de asalto del partido nazi "Amanecer Dorado" que en Grecia actúan sistemáticamente en contra de las comunidades de inmigrantes, judíos, gitanos, homosexuales, de organizaciones y militantes de izquierda, con un elemento nuevo en la política europea, no son una réplica del "Frente Nacional" de Le Pen de extrema derecha. Es una advertencia para toda Europa, ya que explotan la desesperación social producida por la descomposición social, son financiados por los grandes capitalistas, promovidos por los medios de comunicación burgueses dominantes, y actúan bajo la protección de un Estado capitalista, en condiciones de un permanente "estado de excepción ", tratando de controlar a una creciente población empobrecida, enojada, indignada, en otras palabras, incontrolable por parte de un sistema burgués desacreditado de partidos parlamentarios. Los gobiernos burgueses, ya sea el recientemente elegido como el de Samaras en Grecia, o el gobierno de Rajoy en España o el "tecnócrata" anterior gobierno de Papadimos en Grecia o el gobierno de Monti en Italia han fracasado.


El establecimiento en noviembre de 2011 de estos gobiernos "tecnocráticos" no electos, arbitrariamente impuestos por la UE fue una clara manifestación de la decadencia de la democracia parlamentaria burguesa y la abierta declaración de un "Estado de Excepción". El intento de la UE y de la clase dominante griega para mantener al gobierno de Papadimos en el poder, y posponer indefinidamente las elecciones "hasta la conclusión de sus trabajos, la aplicación del Memorando firmado con la troika", fracasó debido a las resistencias sociales que amenazaban con la desintegración de los partidos que apoyaron este gobierno. Por último, se hicieron inevitables las elecciones anticipadas de mayo 2012, y en estas elecciones no concluyentes, como así también en las elecciones de junio de 2012, el sistema político bipartidista de los dos partidos burgueses que gobernaron Grecia desde 1974, Nueva Democracia y PASOK, se desintegró, el tercer partido del gobierno de Papadimos, la extrema derecha LAOS, fue pulverizado. A partir de estas elecciones y de las ruinas de los anteriores partidos gobernantes, la mayoría de las masas han vuelto a la izquierda, catapultando a la pequeña coalición de izquierda reformista, Syriza, a la posición de oposición oficial, pero, por otro lado, otra parte del electorado contribuyó al surgimiento amenazador de la "Amanecer Dorado" nazi.


En Italia, la contra-parte de Papadimos, Monti y su "gobierno tecnocrático" expresó la descomposición de la Segunda Republica Italiana, pero no proporcionó ninguna solución al deterioro de la crisis financiera, económica y política.


Las crisis de los regímenes estallan en toda Europa a partir del sur, desde Grecia en rebelión contra la odiada troika y sus gobiernos serviles a la España de Rajoy sumida en el tumulto. Se ha abierto, a escala continental, un período transicional de convulsiones sociales, de crisis políticas de los regímenes, de enfrentamientos de clase, enfrentamientos con la represión estatal, así como con un crecimiento de la extrema derecha, incluyendo las tropas fascistas de asalto, de situaciones pre-revolucionarias y revolucionarias en las que plantean objetivamente la cuestión del poder, así como la realidad de la lucha por los gobiernos obreros. La crisis se ha convertido en una crisis del poder político.


El reciente ascenso electoral de la izquierda -Syriza en Grecia, Bildu en el País Vasco, Esquera Republicana y CUP en Cataluña y otros- manifiesta, sin duda, un giro de las masas populares para poner fin a sus situaciones calamitosas, poniendo a la izquierda en el gobierno.


Desafortunadamente, diversas tendencias de izquierda sacan conclusiones oportunistas de la experiencia griega. Tomamos como ejemplo el caso del Bloco de Esquerda de Portugal, que ha tomado la consigna de Gobierno de Izquierda en un sentido puramente electoral y parlamentario y en función de un programa que defiende a la Unión Europea. Si en Grecia esa consigna adquirió notoriedad y fuerza, fue porque fue tomada por las masas para destruir a los partidos tradicionales y poner en el primer plano de la agenda la derogación del memorando de austeridad. El Bloco de Esquerda, en cambio, votó en el Parlamento de Portugal el plan de la Troika para Grecia.


Grecia


Cuanto más giran a la izquierda las masas, más giran a la derecha los partidos de izquierda que se aproximan al gobierno mediante las elecciones. La experiencia griega es muy clara en este sentido.


Seis meses después de las elecciones de junio de 2012, la coalición de gobierno pro-memorando de Nueva Democracia -Pasok- Dimar muestra síntomas de agotamiento y desintegración, expresada en la expulsión de diputados y rupturas de todo tipo. Crece la resistencia social en la medida en que la depresión llega a los niveles de la Gran Depresión de los años 30 en Estados Unidos y todos los servicios sociales, particularmente la salud y la educación, están en ruinas. Hay nuevas huelgas generales y movilizaciones de masas (el 26 de septiembre, 6/7 de noviembre, 17 de noviembre, 6 de diciembre), paros y ocupaciones de edificios públicos de gobiernos locales contra el despido masivo de empleados públicos, huelgas en la salud y la educación, movilizaciones contra cierres de fábricas como la metalúrgica Biome en Tesalónica, muchas actividades de auto-organización de redes sociales de solidaridad, asambleas populares barriales, actividades anti-fascistas, etc. Se discuten elecciones adelantadas para la próxima primavera, en las cuales las encuestas dan primera a Syriza, lo cual vuelve a plantear la perspectiva de un gobierno de izquierda.


Syriza se ha movido los últimos meses más a la derecha. Los "pragmáticos" de su dirección no sólo declaran constantemente su fe en la UE y el euro sino que les parece que "no es el momento" para la consigna de ruptura con la Otan, y en el reciente conflicto entre el FMI y la UE sobre la sustentabilidad de la deuda griega, apoyaron al FMI. Mientras en los últimos años se forjó una alianza estratégica entre Atenas-Nicosia-Tel Aviv para explotar en común los depósitos de petróleo y gas en las ‘Zonas de Explotación Exclusiva', el titular de Syriza, Tsipras se reunió oficialmente con el presidente sionista de Israel Shimon Peres, simbolizando la voluntad de dar continuidad a esta alianza. El nuevo programa de Syriza, aunque rechaza el memorando, acepta nuevas negociaciones respecto a la deuda externa, y una "auditoria" para cancelar su parte "ilegitima", no la cancelación de la deuda de conjunto. Más aún, Tsipras promueve un esquema que es una Utopía completamente reaccionaria, una "solución de la crisis de deuda soberana griega y europea" en la línea de los acuerdos de posguerra de 1953 para resolver las deudas alemanas así como del lanzamiento de un nuevo "Plan Marshal" en Europa – ignorando completamente el abismo que separa las condiciones históricas actuales de las de los años 1950.


La actual crisis capitalista mundial sin precedentes destruye estos esquemas reformistas falsos e ilusorios. Vuelve a plantear el problema vital: ¿qué fuerza social, basada en que alianzas sociales puede tomar el poder y darle una salida a esta impasse histórica? Los de "arriba" ya no pueden gobernar como antes, en la medida en que las elites capitalistas dominantes de especuladores financieros, banqueros, industriales, navieros y su personal político no pueden brindar ninguna solución a la creciente devastación social de las masas sino más devastación. No es el pueblo, sino ellos que deben pagar la bancarrota de su sistema social de explotación.


Los "de abajo", obreros, desocupados y ocupados, pensionados, capas populares empobrecidas de las ciudades y el campo, en primer lugar una generación joven condenada por la bancarrota capitalista, no pueden aceptar más ser gobernados por sus verdugos. Participan más y más en movilizaciones que tienen una tendencia profunda a la revuelta social. Sólo los de abajo, con su auto-organización en sus propios órganos de lucha como Asambleas Populares, Redes sociales de solidaridad, Escuadrones de Defensa Obreros, etc. Así como también mediante viejas y nuevas organizaciones sindícales, con su propia movilización por un programa de reivindicaciones transitorias, y con una perspectiva de tomar el poder y reorganizar la economía sobre nuevas bases sociales de acuerdo a las necesidades sociales de la inmensa mayoría y no de acuerdo a los beneficios de la ínfima minoría capitalista, pueden dar una verdadera salida a la catástrofe social.


Se necesita urgentemente un Frente Único de acción de los explotados, los oprimidos y sus organizaciones. El rol activo de una organización política de combate de la vanguardia de la clase obrera en este proceso es crucial y su construcción no puede demorarse ni un momento.


Por una conferencia internacional


La Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI) se dirige a todas las organizaciones y colectivos combativos obreras y populares de Europa que participan en luchas sociales, particularmente a sus vanguardias, así como a las fuerzas de la izquierda revolucionaria y llama a una Conferencia Internacional sobre la crisis en Europa para discutir un Programa de Emergencia para resistir y derrotar la catástrofe social y un plan de acción común sin las restricciones de los "habituales" aparatos de control burocrático y por la construcción de una nueva dirección revolucionaria que se necesita urgentemente.


La CRCI llama a combatir a los usureros internacionales, la dictadura de los "mercados", los bancos y el capital financiero, mediante la cancelación de TODA la deuda pública que roba y destruye la vida de millones, y por la expropiación de lso bancos bajo control obrero. Todos los planes de "austeridad" y canibalismo social impuestos por la UE, el Banco Europeo, el FMI y los gobiernos capitalistas tienen que ser frenados inmediatamente. ¡Los capitalistas deben pagar por la crisis de sus sistemas de explotación, no los explotados! Debemos luchar para recuperar los salarios, las jubilaciones, y los derechos sociales del pueblo trabajador de acuerdo a sus necesidades sociales, no a las ganancias de unos pocos.


Contra el desempleo masivo, llamamos a la prohibición de los despidos, por el reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores. Hay que desarrollar obras públicas de infraestructura, que son de todas formas vitales y necesarias, para crear nuevos trabajos. Los barones de la gran industria siempre chantajean a los trabajadores a que acepten recortes salariales y despidos o las industrias cerraran y serán relocalizadas en el extranjero; nuestra respuesta debe ser ocupar cada fábrica que cierre o despida trabajadores masivamente, expropiarlas y ponerlas a funcionar bajo control y administración obrera.


¡La CRCI llama por una lucha decidida contra el fascismo, racismo y la discriminación a todas las minorías! ¡Defender a los inmigrantes y todas las comunidades oprimidas! ¡Derechos igualitarios para todos los trabajadores, más allá de color, origen étnico o religión! Los movimientos obreros y populares deben organizar Guardias de Defensa Obrera contra las bandas fascistas y la represión estatal.


Por el desmantelamiento del aparato de represión del estado burgués de la Otan y todas las bases y alianzas militares imperialistas- ¡plena solidaridad con todas las luchas antimperialistas de las naciones oprimidas de África, Medio Oriente, Asia y América Latina! Por todas las demandas vitales inmediatas de la clase obrera y las masas populares, nuestro grito de guerra debe ser:


¡Abajo todos los gobiernos capitalistas!


¡Por el gobierno obrero y el poder obrero!


¡Abajo la Unión Europea de imperialistas!


¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!


 


Atenas, 19 de diciembre 2012