Medio Oriente: Entre crímenes y masacres, el ‘proceso de paz’ va

El ataque sionista contra el sur del Líbano culminó en “un doloroso fracaso y un desastre diplomático” (The New York Times, 22/4); “no alcanzó ninguno de sus objetivos” políticos o militares (La Nación, 28/4).


El acuerdo del ‘cese del fuego’ que alcanzaron Siria, Israel y el Líbano bajo el patrocinio de Estados Unidos y Francia (y la participación de Irán) restablece la prohibición de los ataques a blancos civiles tanto en Israel como en el Líbano y constituye “esencialmente una actualización del acuerdo de 1993” (Página/12, 27/4). Con esto, Shimon Peres se vio obligado a comerse sus propias palabras: “no aceptaremos volver a la situación reinante en el norte de Israel antes de la guerra” (The Washington Post, 24/4), había declarado a poco del comienzo de las operaciones. El cese del fuego da por sentado “el derecho de la guerrilla libanesa a combatir” en la ‘zona de seguridad’ (Clarín, 27/4) y la “legitimidad de (su) resistencia en el sur del Líbano” (La Nación, 28/4).


El acuerdo restablece  también las ‘negociaciones de paz’ con Siria y  el Líbano, que Israel había interrumpido a principios de marzo. Un furibundo anti-sionista, Irán, se asoció a las negociaciones del acuerdo, incorporándose así al ‘proceso de paz’ que están imponiendo Estados Unidos, ‘el gran Satán’, e Israel. Como consecuencia de todo esto, se puede decir que la derrota política y el fracaso militar de los sionistas en la reciente agresión ha concluido con una victoria de la estrategia del imperialismo yanqui. La República Islámica, dice el corresponsal de La Nación (28/4), “logró su reconocimiento: el canciller iraní fue invitado a sentarse en la mesa de negociaciones y se lo admitió como el más adecuado ‘correo’ entre las potencias y el Hezbollah”. El ‘proceso de paz’ del Medio Oriente ha ganado así un nuevo ‘socio’ … pero no por ello goza de mejor salud.


El fracaso acelera la crisis sionista


Israel lanzó el ataque contra el sur del Líbano con el objetivo de imponer a Siria —que ejerce un virtual ‘protectorado’ sobre ese país–— un ‘acuerdo de paz’ en las condiciones dictadas por el alto mando sionista (desmilitarización de la frontera en las alturas del Golán).


El alto mando israelí había rechazado el ‘acuerdo de paz’ que estaban discutiendo Siria y el gobierno sionista en los Estados Unidos porque dejaba librada la ‘seguridad’ de la frontera norte israelí a las ‘garantías internacionales’  y a la firma de un ‘acuerdo bilateral de defensa’ entre Israel y Estados Unidos.  “El establishment israelí de defensa se ha opuesto ampliamente al tratado (de defensa con los Estados Unidos) preocupado porque dicho acuerdo pudiera atar las manos de Israel en el caso de que deba tomar represalias por un ataque” (Jerusalem Post, 30/3). Pero ahora el alto mando sionista ha debido aceptar la creación de un ‘grupo de supervisión’ del ‘cese del fuego’ —integrado por Estados Unidos, Francia, además de Israel y Siria. Para el diario israelí (de derecha) Jediath Aharonoth esto significa que “el gran vencedor de la operación israelí es Assad (el presidente sirio)” (Le Monde, 23/4), pero en realidad es el imperialismo norteamericano.


El fracaso político y militar de la ofensiva sobre el Líbano deberá acelerar todavía más la crisis existente en el seno del ‘establishment’ sionista, la cual se ha manifestado abiertamente en el asesinato del primer ministro Rabin y en el rechazo —y hasta el sabotaje— de los acuerdos que estaba negociando Shimon Peres con Siria en los Estados Unidos. Ahora, en el seno del alto mando militar, “comienzan a cruzarse acusaciones por el fiasco” (Le Monde, 23/4).


A un mes de las elecciones, el fracaso de la operación hace todavía más delicada la situación de Peres.


El ‘proceso de paz’ se va abriendo camino por medio de crímenes y masacres, y por medio de una verdadera demolición del régimen político israelí.