El asesinato de Gustavo Salgado Delgado, dirigente del Frente Popular Revolucionario (FPR), grupo que participa de la lucha por la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, es una prueba de las tendencias fascistas que anidan en el narcoestado mexicano, con la anuencia total del imperialismo. El cuerpo fue encontrado “decapitado, torturado y con las manos cortadas” (El País, 6/2). Hay cuatro detenidos, pero “la fiscalía se apresuró a rechazar cualquier sesgo político en el asesinato y apuntó como posible móvil una disputa por tierras” (ídem). Como en ocasión de las desapariciones de Ayotzinapa, se busca enlodar a las víctimas. El FPR responsabilizó “al gobierno del estado de Morelos (donde fue hallado) y al Estado Mexicano en general”, y caracterizó el crimen como “parte de la política de terror que implementa el Estado para tratar de amedrentar al movimiento popular” (comunicado del 4/2). Exigimos juicio y castigo a los responsables políticos y materiales del asesinato, así como la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.