Los trabajadores de la cadena de hoteles Marriott en Estados Unidos vienen protagonizando a lo largo de las últimas semanas medidas de fuerza masivas, que tendrán continuidad con el próximo paro anunciado para el 20 de este mes. Se trata de una enorme cadena que cuenta con 140 mil empleados en el país.

Ya el pasado 3 de octubre 1500 trabajadores de las siete sedes de Boston habían dado inicio a una huelga por tiempo indeterminado, a la que al día siguiente se le unieron desde los hoteles de San Francisco y San José, California y posteriormente de Oakland, Detroit y San Diego. El alcance de la medida de fuerza fue importante, al punto de llegar a 7700 huelguistas en 23 hoteles.

El pliego de reivindicaciones de los hoteleros parte de la estabilidad laboral y los salarios dignos, bajo la consigna “One Job Should Be Enough” (un trabajo debería ser suficiente). La misma refleja las condiciones de precarización laboral a la que son sometidos los trabajadores estadounidenses, que en muchos casos se ven obligados a llevar adelante más de un empleo para poder subsistir.

A su vez, dentro de los reclamos se ha incluido la protección contra el acoso sexual, que cobra una mayor importancia ante el crecimiento del movimiento de mujeres norteamericano, contra las diferentes formas de violencia sexual y de género.

Como los maestros, que han salido a la lucha por el salario y sus condiciones de trabajo en varios estados (“Primavera docente”), los hoteleros libran una pelea testigo contra las políticas antiobreras de Trump y los atropellos del capital. Y enseñan que el camino es organizarse para conquistar los reclamos.