Milosevic: A algunos lectores confundidos

Hemos leído con preocupación (y con cierta demora por las dificultades del servicio postal en el hemisferio norte durante el verano) en los Correos de Lectores de Prensa Obrera N_ 715 y 716, una cantidad de cartas que protestan contra el slogan de nuestra Declaración sobre el secuestro de Milosevic por parte de la imperialista Corte de La Haya, que reclama su libertad. Creemos con toda firmeza que nuestra posición ha sido malinterpretada por completo y rechazamos, por supuesto, la acusación de que seamos… “abiertamente chauvinistas” (PO N_ 715).


El Centro Socialista de los Balcanes “Christian Rakovsky”, en sus dos Conferencias, en sus deliberaciones y documentos, criticó y atacó en varias ocasiones duramente a la nomenclatura chauvinista, burocrática y restauracionista de Milosevic, por sus crímenes contra el pueblo serbio y no serbio, incluyendo a las poblaciones bosnias musulmanas y albano-kosovares; por su corrupción, por su rol en el desmembramiento de Yugoslavia en el período post-Tito, por sus ataduras al FMI y el imperialismo. Pero siempre hemos rechazado hacerle el juego a la demonización de Milosevic por parte de los medios de comunicación de masas del imperialismo, de los propagandistas de los “derechos humanos” de la Otan, así como de los “izquierdistas” peque“o burgueses, incluidos los seudo-trotskistas, en particular en Europa occidental, que ayudaron a encubrir los ataques imperialistas contra todos los pueblos en los Balcanes.


El secuestro de Milosevic por el imperialismo y sus lacayos, el gobierno de la DOS en Belgrado, y el juicio-espectáculo en La Haya, nada tienen que ver con el papel reaccionario de aquél ni con la justicia. Es un juicio espectáculo contra toda oposición al imperialismo en nuestra región e internacionalmente, y una medida calculada para impulsar los planes imperialistas, en particular yanquis, para el total desmembramiento de los restos de la Federación Yugoslava, la disolución de Macedonia, la ocupación militar y el sometimiento de toda esta estratégica región en su conjunto.


Una guerra de “baja intensidad” (no tanto) promovida por la Otan imperialista es librada ahora por las fuerzas de la NLA/KLA/UCK, con la ayuda de las tropas de la Otan en el área y de todos los gobiernos locales, en particular del gobierno “socialista” griego de Simitis. El secuestro y el “proceso” de Milosevic están inmediatamente conectados con este desarrollo, y tienen que ser enfrentados resueltamente. Hemos llamado y continuamos haciéndolo, por la libertad de Milosevic, no en condiciones abstractas sino en las concretas del momento, o sea por su libertad de las cárceles imperialistas. Los compa“eros que reclaman en abstracto “un tribunal popular para Milosevic” no consiguen entender que, incluso en este caso, debe ser liberado primero de sus carceleros imperialistas para ser llevado luego, no a un tribunal de los títeres imperialistas y restauracionistas Kostunica-Zindzic, sino al órgano de un poder obrero.


Si se considera la hipótesis imaginaria de que un día los servicios secretos del sionismo pudieran secuestrar a Saddam Hussein, encarcelarlo y llevarlo a un tribunal fantoche, deberíamos reclamar su libertad inmediatamente; esto no significa para nada que hayamos olvidado o perdonado Halabja, la masacre de la población kurda, ni la masacre de los shiitas, ni el ahorcamiento de los comunistas iraquíes, ni otros crímenes del régimen de Saddam, incluida su pasada cooperación con el imperialismo.


Cuando la Thatcher y el imperialismo británico atacaron a Argentina por Malvinas, el EEK y otras fuerzas que luego fundaron el Centro Rakovsky, defendieron a Argentina y llamaron a derrotar a la armada imperialista británica, sin por eso poner como condición que el gobierno de asesinos de Galtieri fuera puesto en frente de un tribunal popular, a pesar de nuestro profundo odio hacia la dictadura argentina. No fuimos neutrales en la guerra de Malvinas. No lo fuimos en la guerra del Golfo. Y en la guerra de la Otan contra Yugoslavia, en 1999, probamos en la práctica nuestro internacionalismo y nunca adoptamos una posición de neutralidad entre la Yugoslavia de Milosevic y el imperialismo (ni tampoco tuvimos la posición profundamente reaccionaria y fuera de lugar de que la guerra era imperialista por ambas partes, como ciertos grupos trotskistas de Europa lo hicieron en ese momento). En razón de nuestro internacionalismo, varios miembros del Centro Rakovsky tuvieron que hacer frente a la represión de las autoridades griegas y turcas, fueron expulsados del país u “hospedados” en sus cárceles. Debido a su participación en el Centro Rakovsky, Ibrahim Tarhan, del PRK/Rizgari de Kurdistan, fue amenazado con la extradición a sus carniceros turcos, y fue salvado a último momento gracias a una campa“a de solidaridad en la cual el Partido Obrero jugó un rol importante. Debido a nuestro internacionalismo en la práctica, dos de nuestros miembros kurdos del Centro fueron extraditados de Italia durante nuestra participación en la batalla de Génova y dos miembros griegos fueron arrestados, golpeados y torturados por los carabineros de Berlusconi, en nombre de los gangsters del G8. (De paso, no hemos leído nada sobre esto en Prensa Obrera a pesar de los informes que les hemos enviado). De modo que nos ponemos muy sensibles cuando somos tratados como chauvinistas.


Esperamos que la confusión producida por una situación histórica muy contradictoria y explosiva, será oportunamente superada y que la vanguardia internacionalista será debidamente armada, política, programática e ideológicamente para encarar las tremendas tareas revolucionarias y las oportunidades que tenemos por delante.


Con los más cálidos saludos internacionalistas