Mujica Presidente

"Ni vencedores ni vencidos"

Con la conocida frase de Lonardi, Mujica definió el triunfo del FA en las elecciones presidenciales uruguayas. Apuntó incluso a un gobierno de coalición con el derrotado Partido Blanco de Lacalle, que se concretará a nivel de funcionarios “técnicos”. Durante la campaña electoral, Mujica señaló que continuaría el “modelo” de Tabaré, que produjo la mayor concentración de capital de la historia de Uruguay y acentuó el índice Gini de desigualdad social. Defendió, asimismo, el régimen del secreto bancario uruguayo, ‘off shore’ del dinero en negro (La Prensa, 6/11).

Incluso con estas garantías, el llamado a un frente es síntoma de que el FA no puede gobernar solo –o sea que se incuba una crisis política.

Crisis mundial y dislocación

La crisis mundial está generando una dislocación creciente de la economía uruguaya. Las cámaras industriales ya remarcan el “retraso cambiario”, producto de la devaluación del dólar, mitigada por la revaluación del real brasileño. A pesar de esto, la Cámara de Industrias presentó un documento que plantea profundizar el libre comercio extra Mercosur con Estados Unidos (profundizar el Tifa, La Nación, 14/11), debido a las trabas proteccionistas de Argentina y Brasil.

Pero para esto habría que “negociar flexibilidades” en el Mercosur lo cual plantea una perspectiva de crisis con todo el bloque, y especialmente con Brasil. Existe un principio de crisis de la economía exportadora (que está abrumadoramente en manos extranjeras).

Al igual que Argentina, que vuelve al FMI, las burguesías latinoamericanas profundizan, en el marco de la crisis, su integración al imperialismo.

Cuestión agraria

Mujica presentó sobre el final de la campaña un proyecto de “inicio de reforma agraria”. La reforma plantea el arrendamiento de tierras fiscales a chacareros. Sin embargo, bajo Mujica como ministro de Tabaré para el área, se hiper-concentró la propiedad de la tierra y de los negocios agrarios (desarrollo de la agroindustria mediante): “no más de 150 productores son los responsables del 70 por ciento de toda la cadena agrícola. Y la mitad está en manos de cinco empresas de origen argentino” (Clarín, 29/11). Está claro que la presentación de la “nueva política agraria” no toca un pelo de toda esta concentración.