Noticiero: petroleros norteamericanos, Perú


Los petroleros yanquis no se rinden


Nuevas refinerías y más de 1.500 nuevos trabajadores petroleros se han sumado al paro luego de que el sindicato metalúrgico (USW) rechazase por séptima vez la propuesta mísera de conciliación ofrecida por la patronal de Royal Dutch Shell, quien, a su vez representa también a otras compañías incluidas Exxon Mobil y Chevron. Trabajadores de la mayor refinería yanqui, Motiva Enterprises refinery en Port Arthur, Texas, se adhirieron a la medida de fuerza, seguidos por los trabajadores de Motiva Convent, Motiva Norco, Shell Chemicals Norco y Motiva Enterprises, todas propiedades de la Shell y subsidiarias de la petrolera árabe Saudi Aramco. También se adherirían, en las últimas horas, empleados de otras refinerías y petroquímicas en Louisiana y Ohio. Luego de un mes de negociaciones y 20 días de huelga, son 6.500 los trabajadores, 12 refinerías y 15 petroquímicas que mantienen la medida de fuerza. A pesar de que la directiva del sindicato busca evitar una movilización total de los trabajadores de la industria, a la espera de una “concesión digna por parte de la patronal”, ya se ha paralizado un 20% de la capacidad de refinación de la industria norteamericana (Wall Street Journal, 22/2).


El reclamo por mejores salarios y en denuncia de las condiciones de seguridad laboral (Esta semana ha habido una explosión en una planta de Exxon, en la localidad de Torrance, California, que ha contaminado con ceniza hasta varios pueblos aledaños) se corresponde con un momento donde la clase obrera norteamericana comienza a levantar cabeza en reclamo de sus reivindicaciones; Desde la movida para duplicar el salario mínimo en Seattle, las grandes movilizaciones de los trabajadores de Walmart por la hora de 15 dólares, y la última gran huelga de nueve meses de los portuarios de la Costa Oeste. El portal World Socialist Web Site cita a Obama, cuando a fin de 2014, dirigiéndose a una mesa redonda de la patronal industrial, manifestó su preocupación ante el “descontento social motivado por el nulo crecimiento en los ingresos y salarios”. Obama no quiere que el paro petrolero sea el catalizador de una gran movilización de los trabajadores yanquis. Aún ante la crisis petrolera mundial donde el precio del barril ha perdido hasta un 50% de su valor, las ganancias de los pulpos petroleros como British Petroleum, Chevron, Conoco Phillips, Exxon Mobil y Shell, ha sido de 90 mil millones de dólares el último año. Decenas de miles de millones han ido a parar al bolsillo de los gerentes y accionistas. La calificadora Standard and Poor's ha triplicado el valor de bonos y acciones de las refinerías desde 2012, cuando fue negociado el último acuerdo entre la patronal y los metalúrgicos (Bloomberg 20/2). Los petroleros quieren que la crisis la paguen los capitalistas.


 



Perú: rebelión contra Pluspetrol y crisis política


Un paro indefinido convocado por el Frente de Defensa Ambiental logró expulsar a Pluspetrol (compañía argentina petrolera y gasífera) de la localidad selvática de Pichanaki. La represión policial dejó un muerto y más de un centenar de heridos, 32 de ellos con impactos de bala. Fracasada esta tentativa criminal, el gobierno debió anunciar el cese de las exploraciones de la compañía. La pelea se ha trasladado a la región de Loreto, donde las comunidades indígenas amazónicas enfrentan a la misma empresa (han capturado pozos petroleros como medida de lucha). Algunos estudios revelan que “las únicas fuentes de agua de los pobladores de la zona, contienen niveles de metales pesados, como plomo, mercurio y arsénico, varias veces mayor que los máximos permitidos, contaminación que también afecta a los peces y otros animales que forman la dieta de estas comunidades” (Página/12, 16/2).


La rebelión contra Pluspetrol, que hace recordar la victoria popular contra el megaproyecto contaminante de Conga (Cajamarca), engarzó con la crisis política. Tres de los ministros involucrados en la represión (Interior, Energía y Minas, Justicia) cayeron, en el cuadro de una reorganización más general del gabinete dispuesta por Humala, que incluyó también la renovación en el ministerio de trabajo, luego de que fuera derrotada una reforma laboral reaccionaria debido a la tenaz movilización popular (ver PO N° 1349). Humala se vio obligado también a disolver la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini, la Side peruana), en el marco de un escándalo de espionaje sobre la vicepresidenta. La popularidad de Humala apenas supera el 20%.