Obreros norteamericanos contra la guerra de Bush

El 11 de septiembre ha traído sufrimiento indescriptible para los trabajadores de Nueva York.


Todos hemos perdido amigos, familiares y compañeros de trabajo de todas las razas, nacionalidades y religiones -mil de ellos sindicalizado-.


Aproximadamente 100.000 perderán su trabajo. Condenamos este crimen contra la humanidad y lamentamos los desaparecidos. Estamos orgullosos de los equipos de rescate y el apoyo sobresaliente de trabajadores para las familias de las víctimas. Queremos justicia para los muertos y seguridad para los que viven. Pero creemos que la guerra de George Bush no es la manera. Nadie debe sufrir lo que vivimos el 11 de septiembre. Sin embargo, la guerra inevitablemente dañará a incontables civiles inocentes, fortalecerá las alianzas americanas con dictaduras brutales y profundizará la pobreza mundial. EE.UU. y sus aliados ya han infligido un generalizado sufrimiento sobre gente inocente en lugares como Irak, Sudán, Israel y los territorios ocupados, la ex Yugoslavia y América Latina.


La guerra también nos ocasionará muchas bajas a nosotros. Para los americanos con uniforme *la mayoría trabajadores o gente de color* será otro Vietnam. Generará más terror en el país contra árabes, musulmanes, sudasiáticos, gente de color e inmigrantes, y corroerá nuestras libertades civiles. Le dará millones al ejército y a los ejecutivos empresarios, mientras vaciará nuestros programas domésticos de educación y salud, y los fondos de jubilación.


La guerra quedará en las manos de religiosos fanáticos -desde Osama Bin Laden a Jerry Falwell- y provocará más terrorismo en grandes centros urbanos como Nueva York. Por eso, los abajo firmantes, sindicalistas del área metropolitana de Nueva York, creemos que una justa y efectiva respuesta a los ataques del 11de septiembre demanda:


• No a la guerra. Está mal castigar cualquier nación o pueblo por los crímenes de personas individuales. La paz requiere justicia económica y social mundial.


• Justicia, no venganza. Que investigue de manera imparcial un tribunal independiente internacional, y que encuentre y juzgue a los responsables del ataque del 11 de septiembre.


• Oponer al racismo la defensa de las libertades individuales. Basta de terror, detenciones raciales y restricciones en contra de la gente de color e inmigrantes, y defensa de las libertades democráticas.


• Ayuda a los necesitados, no a los ambiciosos. Ayuda gubernamental a las familias de las víctimas y trabajadores desocupados, no a los ricos. Reconstruir Nueva York con trabajo sindicalizado, pago sindicalizado, y con especial cuidado por nuevos peligros a la salud y seguridad de los trabajadores. Siguen firmas de decenas de dirigentes sindicales.


27 de Septiembre