Ocupaciones de tierra en Paraguay

“La única manera de acceder a un pedazo de tierra para un campesino es ocupándolo … es la única manera de obligar al terrateniente a aceptar una negociación con los afectados” (Alfonso Cohene, de la Federación Nacional Campesina de Paraguay, en ABC, 2/9).


Esta es la explicación, sencilla y profunda, de las ocupaciones de haciendas que han comenzado en Paraguay: más de 600 familias ocuparon hace pocos días la propiedad de José Morga, una latifundista que reside fuera del país. Y no son las únicas. Las ocupaciones, que se concentran en el Departamento de San Pedro, parecen indicar un retome de la ola de ocupaciones que sacudió al país a principios de 1994.


Las ocupaciones de tierras y haciendas son “la única manera” de enfrentar la abrumadora miseria que sufren los campesinos paraguayos y satisfacer su “hambre de tierras”. Un puñado de latifundistas concentra en sus manos millones de hectáreas … que mantienen inexplotadas. Confiscados por los terratenientes, los campesinos deben sufrir, además, la superexplotación de los acopiadores, que monopolizan la compra de los cultivos de algodón por unos pocos centavos.


Los años de “democracia”  no han traído ninguna solución a los sin tierra … por la sencilla razón de que los “demócratas” son los principales explotadores de los campesinos paraguayos: Wasmosy, presidente de la república, es el dueño de uno de los tres principales pulpos acopiadores que monopolizan las cosechas. La “experiencia suficiente en la desatención de nuestros reclamos” por parte de los “demócratas”, llevó a los ocupantes de la hacienda de Morga a insultar a la senadora Elba Recalde, del PLRA (principal partido de la oposición patronal) que se hizo presente “para interesarse de la situación” (ídem).


Los latifundistas se preparan para atacar brutalmente a los campesinos sin tierras. “Yo voy a defender con cualquier cosa lo mío, ya no me interesan los medios que tenga que usar. ¿Qué es lo que voy a hacer, arrodillarme ante ellos? (los campesinos sin tierra)” (José Bobadilla, presidente de la Asociación Rural del Paraguay, en ABC, 2/9). No hay que olvidar que los terratenientes han asesinado sistemáticamente a decenas de dirigentes campesinos.


Cumpliendo estas “órdenes”, la policía impidió —“sin importar los medios”— la realización de una marcha campesina en apoyo a las ocupaciones y en reclamo de la expropiación de los latifundistas: el resultado fue un trabajador asesinado y decenas de heridos. Por si esto no alcanzara, los latifundistas reclaman una represión violenta por parte del Estado, incluso con la participación de los militares … a los que le recuerdan que “la situación del campo se está acercando a lo que fue Chiapas” (ídem).


Las medidas de acción directa campesinas —las ocupaciones acompañadas de manifestaciones y cortes de rutas— son un ataque directo a la propiedad capitalista, que condena a la miseria a millones de sin tierra.