Internacionales
26/8/2004|865
Otoño caliente
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Europa espera un otoño caliente, que parece, sin embargo haber comenzado en verano. En Alemania oriental se vienen produciendo todos los lunes manifestaciones de rechazo a la reforma de la seguridad social del gobierno Schroeder. El método de lucha fue usado contra el gobierno stalinista en 1989 aunque si tiene el mismo éxito, el derrocamiento del gobierno significaré esta vez un duro golpe contra el capital. El gobierno alemán busca reducir el tiempo de beneficio del seguro al desocupado, para incorporarlo al segundo año al sistema de asistencia social -o sea, un plan Trabajar a la germana-. En la parte este de Alemania la desocupación (35%) triplica el promedio nacional.
En Alemania, como aquí, el propósito es valerse de los desempleados para reducir el salario de los trabajadores, obligando a aquéllos a contratarse en condiciones inferiores a las medias. La patronal alemana aprovechó el verano para imponer en Siemens y Mercedes-Beni un alargamiento de la jornada laboral sin tocar los salarios; contó para dio con d apoyo de la burocracia de los sindicatos. Amenazaba con trasladar sus plantas a África del Sur o a Europa oriental, cuando la Mercedes de África del Sur se encontraba parada por una huelga por aumento de galanos. La ofensiva patronal tendrá un nuevo episodio con d intento de hacer lo mismo por parte de Volkswagen. Lo que es claro es que los ataques de ensayo contra los bastiones obreros del país comienzan a conjugarse con un despertar de la conciencia de que es necesario derrotar estas tentativas. Las manifestaciones de masas en Leipzig, Essen, Berlín van creciendo cada lunes.
La caldera alemana se va encendiendo cuando ya ha sumado varios grados en Italia, donde a partir de septiembre deben renovarse numerosos contratos de trabajo, en especial d de los metalmecánicos. La patronal italiana pretende que se suscriban acuerdos marco que dejen en libertad de negociación a las partes a nivel de región o incluso empresa. La federación obrera metalúrgica rechaza modificar las condiciones de contratación y redama también un aumento salarial general del orden de 10%. Se plantea la posibilidad de que la federación metal mecánica lidere un movimiento reí vindicativo de conjunto, dada la tendencia a la capitulación que domina en las tres OGT italianas (OGEL, CISL y UTL). El movimiento gremial en Italia empalma con una aguda crisis del gobierno Berlusconi, cuya caída solo espera la aparición del detonante.